Jorge Newbery continúa a la deriva. Cambió caras y capitán, pero otra vez "nada". El panorama es desalentador, no sólo no gana en casa, sino que también revive los fantasmas del descenso; esos que tanto atemorizan al hincha “Pitojuán”.
El "Pitojuán" está a un punto de la zona de descenso. Quedan tres en juego.
El elenco villamercedino igualó hoy en cero frente a su homónimo venadense, por la 17° fecha del torneo Argentino B de AFA, ante la mirada de cientos de fanáticos que coparon el “Centioni” para alentar al aurinegro.
El local se jugaba una parada difícil. En casa había que dejar todo, y por eso el “Pitojuán” salió desde el arranque a buscar la victoria. Esta vez, bajo un nuevo esquema más ofensivo, donde la idea fue sencilla: atacar durante los 90’ de juego.
Con el correr de los minutos, rápidamente la zona de gestación fue monopolizada por Mauro Rosales y D’amino. Ambos, ganaron la pulseada a Mingoranse y Villalba; dos hombres de marca que nunca lograron apoderarse del balón. Mientras que Fiorimonti y Reyna, surcaron por las bandas y se convirtieron en un jeroglífico indescifrable para la defensa.
El “Pitojuán” con argumentos inclinó la cancha a su favor. Germán Díaz (a 4’ y a los 10’), besó el travesaño defendido por Gustavo Jaime, tras dos tiros libres desde el centro de la medialuna. Y luego Reyna (20’ y 34’), de larga distancia puso a prueba las destrezas del “1” venadense, sin lograr ningún efecto.
La visita no mostró patrón de juego. Y siempre apostó a la contra como único recurso para lograr la hazaña. Sobre el final de la primera etapa Claudio Martínez -de derecha- sumó la única llegada peligrosa del “tricolor”.
Con el inicio del complemento nada cambio. Newbery, necesitado, salió a matar o morir. Con el pasar de los minutos la incertidumbre ganó terreno, tanto en las tribunas como en el campo de juego. El pampeano Díaz (21’ y 26’), y más tarde Maxi Rosales (a los 43’), casi logran el grito sagrado y los abrazos de todos los espectadores.
Mientras que su homónimo, reordenó sus líneas y apostó a la contra. Receta que casi dio sus frutos. Primero Romero –de cabeza-, y después Canelo –de derecha-, contaron como las jugadas más peligrosas de la visita. Apariciones que agigantaron la figura de Presedo.
El resultado final fue 0-0. Marcador que asusta, desalienta y ubica al “Pitojuán” en el fondo de la tabla. Ahora, Newbery deberá salir a matar o morir el próximo fin de semana ante Estudiantes de Río Cuarto. Ya no depende de sí mismo. Y todo se reduce a una fórmula: ganar para zafar.


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