Boliches piden que el Municipio les renueve las habilitaciones

“El Municipio pone trabas y no cumple con darnos las autorizaciones en tiempo y forma. Los expedientes van de un lado para otro y la mora en la entrega es terrible”. Así explicó Diego Astudillo, secretario de la Cámara de Bares y Boliches de San Luis, el conflicto que mantienen con la Intendencia puntana porque no les facilita las habilitaciones, aún cuando los locales cumplen con los requisitos pautados para funcionar. Y como la aprobación todavía no llega, los comercios deben conformarse con un permiso provisorio que se actualiza cada dos semanas. El organismo ya presentó dos notas a la Municipalidad, pero todavía no obtuvo una respuesta.

Deben tener al día los matafuegos, el informe de bomberos y la desinfección.

Astudillo comentó que la mayoría de los locales ya estuvo autorizado a trabajar y que ahora necesitan la renovación, pero que ya tienen antecedentes de cumplir con las condiciones que establece la normativa municipal. Y destacó que realizaba la aclaración porque la Intendencia decía que no estaban habilitados mientras que algunos negocios abrieron sus puertas sin problemas en gestiones anteriores, incluso en las de Pérsico o Vergés.

Según el secretario, los requisitos para pedir la actualización del permiso son similares a los que le solicitan a un bar o boliche que recién inaugura. El titular del comercio debe presentar un certificado de buena conducta, la libreta sanitaria de todos los empleados, un informe de los bomberos, un comprobante de desinfección, las tarjetas de los matafuegos al día y la firma de conformidad de los vecinos. Lo único que no tienen que llevar es el plano del edificio, salvo que hayan realizado alguna remodelación.

“Hacen lo de siempre, empiezan a pasarse la pelota. Los documentos van de Obra Pública a Bromatología, vuelven al área anterior, después a Rentas, a Obras privadas. Estamos cansados, es un manoseo total”, dijo el representante del órgano. Y agregó que están dispuestos al diálogo y que hace unas semanas llevaron una nota a la Municipalidad para pedir una audiencia con el intendente Enrique Ponce. Como no tuvieron ninguna devolución, reiteraron el pedido. Pero siguen sin respuesta. “Ojalá que nos reciba y que no se olvide que dentro de los bares y boliches trabaja mucha gente que en la mayoría de los casos, tiene sólo esa entrada de plata”.

Además, destacó que cómo todos los integrantes de la cámara tienen las habilitaciones vencidas, los expedientes de cada local están llenos de papeles y solicitudes de los dueños que quieren obtener la autorización. Sin embargo, sólo consiguen permisos provisorios de 15 días, que no les ofrecen todas las garantías. “Así no se puede trabajar. Podrían clausurarnos o no, porque presionan con que nos falta la aprobación, pero es el mismo organismo que no nos las entrega. Es juez y parte”, afirmó.

Astudillo aseguró que la espera de los bolicheros es mayor a la de otros rubros comerciales, que obtienen los permisos para funcionar mucho más rápido. “El negocio más controlado que hay en la provincia es el de bares y el boliches. Si uno recorre los barrios, ve que hay otros tipos de locales que son impresentables y están abiertos. Está bien que hay sectores que corren más riesgo que otros, pero si uno quiere poner una peluquería, enseguida le dan la oblea”, dijo. Y agregó que las facilidades también alcanzan a las fiestas que organizan los estudiantes en distintos predios deportivos: “Muchas veces no tienen control ni seguridad, pero los dejan organizarlas igual. Los clubes están pensados para realizar partidos, no para bailar. En cambio los boliches están hechos para eso”.