Podría haberse ido. Ya había comprado aparatos electrónicos por veinte mil pesos en WalMart y había pagado con la tarjeta de crédito "clonada". El plástico había pasado sin problemas. Debió haberse ido. Pero se cebó. Volvió ayer por más, dispuesto a intentar de nuevo la estafa. Terminó preso.
Detuvieron a un joven venezolano y a su novia.
Brayan Berrios Puinche, venezolano, 19 años, residente en 14 de Julio 102, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esos son los datos que figuran en el documento de identidad argentino y la tarjeta de crédito que tenía el joven detenido ayer por policías de la Comisaría 2ª.
Si esos son su verdadera identidad y su domicilio real, que hayan quedado asentados en el ticket de la compra podría significar que la estafa, exitosa en su consumación, a la larga podría resultar un fracaso, porque esos datos permitirían rastrearlo y capturarlo.
Pero ayer la Policía no podía asegurar que fueran fidedignos. “Hemos enviado notas a través de Convenio Policial para que nos informen si esa identidad es real y si esa persona tiene alguna medida judicial pendiente, como podría ser una orden de captura”, informó el jefe de la Seccional 2ª de San Luis, comisario Gustavo Ríos.
Brayan es alto, delgado, de tez trigueña. El jueves hizo cola en una de las cajas de la sucursal de WalMart en San Luis con un changuito en el que llevaba celulares de última generación, tablets, una Play Station 3 y otros electrodomésticos.
Veinte mil pesos importaba la mercadería. El joven le alcanzó a la cajera una tarjeta de crédito Mastercard y su documento. Mantuvo un aire distraído y despreocupado mientras la empleada pasaba el plástico por la terminal electrónica. Salió el ticket. Ninguna anormalidad. Firmó, tomó su tarjeta y su DNI y se fue.
El cliente ya no estaba cuando de Mastercard le informaron a WalMart que no le iban a pagar esa compra: el tal Brayan Berrios Puinche había usado una tarjeta “trucha”, en cuya banda magnética figuraban los datos de la cuenta de otra persona.
El joven les sirvió en bandeja la posibilidad de atraparlo. Volvió ayer al mediodía al mismo negocio. No trascendió qué había elegido ayer para llevarse. La cajera lo reconoció y llamó a seguridad. Un policía que hacía el servicio de guardia adicional en el hipermercado lo detuvo.
El botín, en el baúl
“Resultó que en la playa estaba estacionado su Peugeot 307 en el que estaba su novia, una chica argentina de 26 años, de la Capital Federal, que no habría sabido de las maniobras de él. Al menos, eso es lo que surge en primera instancia”, dijo Ríos.
Cuando abrieron el auto, encontraron en el baúl todos los aparatos que Brayan se había llevado del comercio el día anterior. “También hallamos el ticket de la compra, lo que es una prueba más de la estafa”, señaló el comisario.
“WalMart hizo la denuncia, aportó datos de la anormalidad en la transacción y un video de las cámaras de seguridad que lo muestran a Berrios haciendo la compra, con lo cual quedó bastante complicado”, agregó.
El joven quedó imputado por el fraude. A su pareja, con la que se había hospedado en un hotel del centro de la ciudad, también la dejaron detenida, pero para averiguarle los antecedentes y medios de vida. Hasta anoche, no había ninguna acusación contra ella.
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