Leandro Despouy, un puntano que conoció de cerca al Gabo

"Fue realmente un gigante de la literatura. Formó parte de ese grupo de grandes escritores. Yo creo, sinceramente que la humanidad no va a volver a tener a esos escritores que hoy cumplen cien años", aseguró Leandro Despouy uno de los pocos puntanos que conoció de cerca a Gabriel García Márquez.
Para el auditor general de la Nación -un hombre que en su juventud se codeó con varios intelectuales reconocidos-, el escritor reunía todas las características de los grandes autores que marcaron a la literatura latinoamericana: era culto, creativo, había recorrido el mundo y jamás se olvidó de América latina.
"Yo no solamente lo conocí como escritor sino como hombre solidario. Recuerdo que lo conocí en Bruselas, donde se reunía el Tribunal Russell para discutir la situación de los refugiados de la dictadura argentina. Gabriel lo integraba junto a Cortázar, ambos hicieron gestiones para que yo pudiera testimoniar sobre lo que pasaba en Argentina en esa época. Puso mucho empuje, porque no era fácil. Recuerdo que era más joven que Cortázar, recuerdo lo amable que era, lo amigo que era", contó Despouy ayer desde México, donde está de vacaciones. Pese a la coincidencia, Leandro no estuvo cerca de la casa donde murió Gabo.
"Hola chico, tú vienes de Argentina, sabemos chico. Vamos a arreglar tu tema, mejor dicho el tema de Argentina, tenemos que hacer algo", le dijo a un ansioso Leandro que quería atestiguar frente a los miembros del estrado.
Más tarde, el colombiano le avisó a qué hora sería su exposición. "En un momento me dice: '¿Cómo está el Buenos Aires de Julio (por Cortázar)?', le digo: 'Bien, lo he dejado medio tormentoso". En esa conversación, Despouy se enteró de que el autor de "Rayuela" no hacía más que hablarle de la capital nacional al colombiano. 
"¿Pero qué tiene Buenos Aires? ¿Ahora que estás acá, la encuentras más europea o más latinoamericana?", le preguntó el autor de "El coronel no tiene quien le escriba" al puntano. "Yo hacía poco que llegaba a Europa, no conocía, no sabía qué contestarle", recordó entre sonrisas.
Ahora para Despouy, Gabo es uno de esos pocos buenos recuerdos de una época oscura para los argentinos.