Tijera, guitarra y acordeón del peluquero que los lunes, abre

Dos veces por semana, Paulino Miranda cierra su popular peluquería en la esquina de Profesor D'Agnillo y Pedernera, en Villa Mercedes, y se junta en una piecita posterior a ensayar con su grupo. De esa manera, el popular artista conjuga sus dos pasiones: la música y los cortes de pelo.
En el trabajo de una de ellas, Paulino acaba de editar su séptimo disco, bautizado "Ave de paso", como el único tema de su autoría que está entre los 22 que conforman el trabajo. En eso anda por estos días el peluquero acordeonista: en la difusión y presentación de sus nuevos temas, sin desatender la peluquería.
Dice Paulino que no sabe de dónde provino la tradición de los peluqueros de cerrar los lunes, pero que él nunca la cumplió. "Creo que es porque trabajaban los domingos y descansaban los lunes, pero no estoy seguro", agregó el músico sobre su actividad, con la que armó una "clientela hermosa".
"Ave de paso", la única canción de Miranda editada en el disco, es una historia romántica que le sucedió hace varios años a Paulino, quien con 60 años, una esposa y tres hijas (dos de ellas que lo acompañan en la peluquería) todavía se da tiempo para escribir cosas así. "Fue una inspiración", contó.
El resto del cd son éxitos perdurables de la música popular entre los que se cuentan "Quieres ser mi amante", aquella canción popularizada por Camilo Sesto; "Doble vida", cuya versión más conocida es de "Los Palmeras" y el pasodoble "Sangre ecuatoriana". "Tratamos de hacer una variedad entre cumbias, cuartetos y otros ritmos bailables", agregó el músico en una charla con ETC.
Coincidencia o no, las dos motivaciones en la vida de Miranda comenzaron en simultáneo, hace 20 años. Por entonces, Paulino armó su primer proyecto musical -llamado "Paulino Miranda y los chamameceros", porque sólo se dedicaban a ese ritmo- y abrió la peluquería.
"En junio festejamos dos décadas con el salón de cortes de cabello", reafirmó el músico, quien no tiene registros tan precisos de cuándo empezó con la banda.
"Lo que es seguro es que cuando nos despegamos del chamamé, nos llamamos 'Paulino Miranda y su bandas de todos los ritmos", refirió con incuestionable lógica a la hora de elegir los nombres. Si bien el acordeonista nació en Mendoza (donde sus padres -puntanos- estaban circunstancialmente- hasta los 40 años vivió en Planta de Sandía, un paraje rural cercano a Paso Grande. "Allí tuve una vida muy linda, una vida rural. Iba a la escuela a caballo", recordó.
Paulino aseguró que le gustaba ir a estudiar, pese a que tenía que hacer 15 kilómetros todos los  días para asistir a clases. Y hasta recuerda el nombre de su maestra de entonces, Alicia Escudero, como no podía ser de otra manera, oriunda de San Francisco del Monte de Oro.
A los 18 años, Miranda ya tocaba la guitarra con buenas perspectivas y hasta había participado en algunas formaciones que hacían folclore norteño. Fue entonces cuando agarró un acordeón por primera vez y sólo se despegó para tomar, de vez en cuando, algunas tijeras y dedicarse a cambiar la cabeza de sus clientes.
Los primeros cuatro años que Paulino vivió en Villa Mercedes los pasó entre fábricas y trabajos de ocasión, hasta que en 1994 abrió la peluquería y armó la banda, que fue cambiando de formación hasta la actual.
En su itinerario musical, el acordeonista no se olvidó de la guitarra. Por ejemplo, hasta hace tres años fue integrante de "Las cien guitarras mercedinas" ("me fui cuando renovaron la comisión porque no me alcanzaba el tiempo, pero tengo muchos amigos ahí que me dicen que me dé una vuelta"), y actualmente es parte de "El grupo de los 8", un conjunto de cuerdas dirigido por Raúl Díaz.
Pero su mayor orgullo es regresar cada tanto a Planta de Sandía, su pequeño lugar donde tiene una casita y un campito que atender. "Hasta le hice una canción que toco en vivo cada vez que puedo".