Conseguir una garrafa social, aquella subsidiada por el gobierno nacional que cuesta 16 pesos, es una odisea diaria. Sin importar el clima, todas las mañanas las puertas del distribuidor oficial registran largas colas para poder retirar una de las pocas que llegan desde San Luis para la venta. Pero a pesar de la gran demanda, los mercedinos sólo adquieren entre 40 y 50 tubos por día. La gente llega temprano, algunos esperan desde las 5:30, porque comprarlas en otro lado implica un gasto mayor, de 30 a 45 pesos.
"Si no la conseguís acá, tenés que ir a algún otro local. Compré el domingo y me salió 45 pesos"
“Es complicado, hay que venir temprano tipo 7. Llegué a las 8 pero sabemos venir más temprano, y en invierno es peor. Tienen que vender muchas más porque la ciudad es grande. Hoy les vendieron a 42 personas, pero se habrán ido otras 40 más, que se quedaron sin la garrafa”, retrató Marcelo, un vecino del barrio Estación que compra siempre en el lugar.
La distribuidora Pihuel SA tiene la casa central en Mendoza, desde donde mandan un camión surtidor a San Luis para que reparta en Villa Mercedes y el interior. La sucursal mercedina está en 25 de Mayo 2275. Es el único lugar que cuenta con el tubo de gas de 10 kilos, que forma parte del plan “Garrafa para todos”, del gobierno nacional. Sólo entregan una por persona, a quienes lleguen a las 8 o antes de ese horario para retirar el número.
Depende de lo que arribe por día, es la cantidad habilitada para la venta. Suelen tener entre 135 o 200 pero no todos quedan en el depósito, sino que deben distribuirlas en las estaciones de servicio, que también ofrecen el producto. Eso disminuye el stock.
La ciudad, a diferencia de otras zonas, es la que más siente la falta de garrafas. “El problema está cuando empieza el invierno. Yo no sé si en San Luis no hace tanto frío, o si acá es un centro más alejado y cuesta más llevar el gas, o porque en capital hay más empresas que prestan el servicio”, se sorprendió Darío Crivello, jefe del Subprograma Defensa del Consumidor.
“Salí de trabajar y me vine para acá, a las 7: 30. Hoy (por ayer) repartieron antes de las 9 por la lluvia. Ahora que se viene el frío me dura 15 días porque la uso para calefaccionar. Si no la conseguís acá, en un local que compré el domingo me salió 45”, dijo Damián Delgado, otro de los clientes.
La irregularidad en el precio es lo que obliga a ir al consignatario oficial. Así desembarcan de diferentes barrios, incluso de La Ribera, como Paola, quien contó que en los negocios del complejo el valor de aquellas que no son sociales supera los 30 y a veces los 40 pesos.
En la cola de espera surgió otro reclamo además de la falta de garrafas. En el ingreso hay un cartel que dice que el producto tiene un fin social y está destinado a las familias de menores recursos, pero en las veredas los vecinos acusaron que vienen "algunos bastante pudientes". “El plan es para todos, se entiende que es una garrafa social, para los que menos tienen, pero no hay una posibilidad de decir a vos no te doy porque tenés mejor o peor ingreso que aquel, o aquel está más o menos necesitado que vos, el plan debería ser para la gente que más lo necesita, la más humilde”, manifestó Crivello.
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