Caso Araneda: ordenarían la captura de otro sospechoso

El pedido de captura de otro presunto partícipe del asalto en el que mataron a Angélica Araneda podría librarse hoy, estimaron ayer fuentes de la investigación. Se trata de un hombre que, según la Policía, se habría ido de la provincia el martes a la noche, es decir, el mismo día del atraco en la casa de la familia chilena, en el barrio Ignacio Vidal de San Luis. Los datos recogidos por los efectivos indican que su destino fue una provincia limítrofe, en donde tendría familiares o conocidos.
El asesinato de la ama de casa no es el primero en el que está involucrado ese hombre. Fuentes de la fuerza aseguraron que estuvo implicado en un homicidio hace unos ocho años, y que fue absuelto por el beneficio de la duda.
El martes, después del asalto, su nombre fue uno de los primeros que surgió cuando comenzaron las averiguaciones, confió un informante. “A partir de la descripción física que hicieron testigos, (los investigadores) comenzaron a pensar qué personas con antecedentes respondían a esas características y ‘andaba metiendo caño’ –ejecutaba asaltos con armas– en la zona. Así surgió el nombre de ‘El Bibi’ Rojas”, explicó. Andrés Reinaldo Rojas es, por ahora, el único detenido que hay en la causa. El miércoles, en un allanamiento en su domicilio, encontraron el documento de identidad de Andrés Guillermo González, el esposo de Araneda, administrador de una flota de taxis. Los asaltantes escaparon con una caja con 15 mil pesos, ese documento y otros elementos.
“Después –continuó el informante– se recogió en la calle el dato de que ‘El Bibi’ andaba con este otro sospechoso en un auto, ofreciendo a la venta ciertos cosas. Ahí fuimos atando cabos”. Uno de esos elementos que ofertaban coincide con uno que sustrajeron de la casa de los damnificados. Y uno de los sindicados se maneja en un vehículo cuyas características son similares a las aportadas.
Las víctimas aseguraron que fueron sorprendidos por tres asaltantes que iban armados y a cara descubierta. Pero, a partir de otros testimonios, la Policía supone que un cuarto cómplice los esperaba en las inmediaciones en un automóvil. Conjeturan que una parte de la banda cargó lo que robaron en ese vehículo, que el resto se subió a una motocicleta, y escaparon.
Las primeras referencias que tuvieron los taxistas allegados de González –quienes, al enterarse del atraco montaron una búsqueda, aunque sin resultados positivos– es que los delincuentes andaban en una Motomel roja. El miércoles los agentes secuestraron un rodado de ese tipo y marca en una vivienda del Anexo 3 del barrio Eva Perón, donde suele pernoctar el sospechoso que estaría fuera de San Luis.
Hay otros nombres en danza. Uno es el de un joven que sería parte del trío que ingresó a la vivienda. El otro es un hombre que habría tenido antes un trato frecuente con González, por trabajo. Suponen que podría ser el entregador, quien le aportó a la banda información sobre el movimiento de dinero que había en la casa por la actividad de González. El viudo se ocupa, entre otras cosas, del cobro de los alquileres de los diez o doce taxis que maneja.