Según la juez de Familia y Menores Nº 2, Verónica Alonso Ernst, la impresión que transmite ahora el semblante del chico de 14 años, que a mediados de agosto fue hallado encerrado en un galpón de su casa, en Villa Mercedes, contrasta sobremanera con la carita cabizbaja y tímida que tenía aquella vez. Pero, aunque parezca que su vida ha cambiado, la magistrado libró un oficio para que el adolescente haga terapia psicológica en una sala médica, del barrio que le corresponda, porque necesita "contención urgente".
La duración de ese tratamiento lo determinarán los especialistas en la materia, aclaró Alonso Ernst. Pero adelantó que, una vez concluido el análisis, ordenará un nuevo informe psiquiátrico.
La duración de ese tratamiento lo determinarán los especialistas en la materia, aclaró Alonso Ernst. Pero adelantó que, una vez concluido el análisis, ordenará un nuevo informe psiquiátrico.
La juez comentó que el primer informe de ese tipo "no fue hecho en el momento oportuno. (el menor) Estaba asustado, no hablaba mucho".
La titular del Juzgado de Familia y Menores Nº 2 contó que la semana pasada encontró en los pasillos de tribunales a Sergio, el hermano mayor que cuida al adolescente. El joven le contó que tenía problemas para conseguir turnos en una sala del barrio. "Me dijo que ahí sólo le permitían tres sesiones de terapia por mes. Entonces, intervenimos para que les adelanten los turnos", señaló.
Otra cara
Alonso Ernst resaltó que el chico, que alguna vez durmió en un galpón, aislado del resto de su familia y su vivienda, es otro. "Ahora está en la escuela, contento, sale a andar en bicicleta, a visitar a los amigos y los compañeritos. Lo entrevistamos la otra vez y nos dijo que está bien. Como que ha vuelto a la realidad que tiene que tener un niño", subrayó.
Según consideró, el nene "se ha integrado muy bien a la familia de su hermano mayor, que tiene esposa e hijos. Tiene su propia cama, su espacio".
Pese a la tutela de Sergio y su señora, el personal judicial continúa controlando sus condiciones de vida, para corroborar que todo esté en orden. "Ése es un seguimiento que, por lo general, hacemos una vez por mes, pero dado el caso, lo hacemos cada quince días", refirió la magistrado.
El caso fue descubierto después de que llegó al juzgado el informe de una encuesta socio-ambiental hecha por una asistente social.
La especialista del Cuerpo Profesional Auxiliar de los juzgados de Familia afirmó, que cuando fue a hacer ese estudio descubrió que el adolescente estaba encerrado, en un cuarto destinado al almacén de cosas viejas. La puerta estaba cerrada por fuera, con candado. El lugar no tenía buena ventilación ni baño, estaba sucio y sin luz. Encontraron platos con comida que -piensan- le pasaban al chico por una pequeña ventana.
Más Noticias