Rodrigo Otazú, el diseñador de joyas de Villa Mercedes, que vive rodeado de estrellas internacionales y viaja por el mundo en busca de inspiración, tiene el corazón anclado en San Luis.
Sus producciones actualmente son elegidas por divas como Madonna, Britney Spears, Kylie Minogue, Beyonce y Sarah Jessica Parker, por si fuera poco.
“Cuando estoy en Rusia o China, por ejemplo, veo un comentario o un 'me gusta', de mis amigos o de mi familia, en las publicaciones que hago en mi cuenta de Instagram, Facebook o Twitter, y me traslado enseguida hacia donde están ellos, por eso me gusta interactuar en las redes, porque me siento cerca de mis afectos”, explicó el artista que tuvo una seguidilla de acontecimientos felices: acaba de inaugurar un local en Japón, ni bien pisó suelo argentino recibió un reconocimiento en Rosario por su espíritu emprendedor, fue entrevistado por la revista “Gente” y, según expresó lo más importante para él, festejó el cumpleaños de su mamá Titi, junto a sus hermanos Emanuel y Marcelo.
A los 18 años armó una pequeña valija y dejó la ciudad de la Calle Angosta, estaba ansioso por alimentar su creatividad y liberar su cabeza. El camino que recorrió para que su labor fuera reconocida fue extenso. Sus producciones actualmente son elegidas por divas como Madonna, Britney Spears, Kylie Minogue, Beyonce y Sarah Jessica Parker, por si fuera poco.
Su desafío era abrir una sucursal para vender sus productos en Japón. Trabajó más de dos años para armarlo. “Me saqué de la rutina, no hay que cerrarse, uno tiene que estar abierto a todo tipo de cosas, hay que levantarse y hacerlo sin dudar. Quería mantenerme despierto y estar al tanto de todo. No me esperaba abrir un negocio en Japón. No lo puedo creer. Realmente. Me pellizcaba al pensarlo. Más allá de que la gente que escuche o lea mi historia, creo lo que más quieren es leer mensajes de vida, de fuerza de positividad”, expresó.
Sin ánimo de vanidad contó, que recibió una propuesta de la producción del “Bailando por un sueño” para participar del ciclo, pero “estaba armando todo en Japón y tuve que decir que no”.
El poder de la observación, más lo que Dios le dio, “esto de absorber y crear”, es lo que le permite a Otazú diseñar y producir. “Si sos periodista, escritor, director de cine, cocinero o si hacés sándwiches, es como que tenés que estar atento a lo que el mundo te está dando. La clave es prestar atención y aprovechar lo que el mundo te da. Otro aspecto importante es rodearte de gente positiva. Así pensás más en positivo, la gente bien ayuda a ser mejor. Ojo, no significa buscar gente con nivel social alto, o nivel monetario alto, una persona bien es una persona buena”, especificó Otazú.
Este año, junto a Sarah Jessica Parker (una de las protagonista de “Sex and the city”) trabajó para un show a beneficio que se realizó en setiembre. “Fue una de las cosas más lindas que hice, teníamos que juntar dinero para la organización de Elizabeth Taylor”.
En San Luis también colaboró. “Le doné a FUNISA un collar que usó Lady Gaga, más una remera autografiada por ella, también para recaudar fondos. Los niños de San Luis, son nuestro futuro y hay que cuidarlos”.
En pocas palabras se puede describir a Rodrigo Otazú como un hombre en constante movimiento: viaja, observa, se encierra en su taller, trabaja y aprovecha de manera productiva cada segundo de su vida.
Ni súper héroe, ni de otro planeta, a Rodrigo le pasan las mismas cosas que a todos. “Un día me despierto en mi casa de Nueva York y me habían entrado a robar, quizá me durmieron con algo porque no me di cuenta de nada. Inseguridad y crisis hay en todas partes del globo, lo importante es cómo uno se toma las cosas”, repitió la que parece ser su fórmula infalible.
Inquieto e imparable el artista continúa trabajando a la distancia en una exhibición itinerante que arrancará en Francia en abril; además está organizando los espectáculos que se verán en el Carnaval de Río en San Luis. No brindó detalles, pero aseguró que este año está muy inspirado.
Su equipo de trabajo está formado por 350 personas repartidas por todo el mundo. “Tengo gente muy capaz y habilidosa que puede hacer cosas súper geniales. Tengo una sucursal más en Amsterdam y en otra en Nueva York. El año que viene abriremos en San Luis. El arquitecto Ricardo Pereyra hace cosas bellísimas y quiero que él me diseñe todos los negocios".
La única fiesta que Rodrigo no quiere perderse es la de cumpleaños de su madre. “En el último festejo había varias mujeres. Yo buscaba hacerle un regalo especial: le hice un crucifijo en oro amarillo, ya que últimamente estoy muy inspirado en las cruces, es más la próxima colección será de cruces. Esto significa que me pongo en las manos de Dios. Además estoy estudiando las diferentes religiones y quiero meterme en ese mundo, brindar mi arte a los símbolos”, contó y agregó: “Soy feliz cuando estoy en mi casa, y las fiestas de fin de año las pasé rodeado de mi familia. Ellos son mi sostén, por eso estoy acá. Vivo viajando por el mundo pero necesito regresar a ellos. El hogar es especial”, concluyó el artista que dejará el suelo argentino a fines de enero.


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