Circular por Estado de Israel en la mañana puede resultar "infartante"

La ciudad tiene un problema de colesterol debido a que el tráfico está tapando las arterias de circulación vehicular. Un ejemplo de ello es lo que sucede en la calle Estado de Israel, a la altura del Rectorado de la UNSL. Una vía de doble mano prácticamente imposible de recorrer con normalidad, debido a que estacionan coches de ambos lados de la calzada y provocan el estrechamiento del paso. Quienes habitan allí, aseguran que de lunes a viernes deben padecer las molestias que provocan los embotellamientos y las discusiones que se generan.

 “Han tomado la calle, se aprovechan de que no cobran estacionamiento y copan todo. La mayoría son personas que trabajan en la Universidad. Es un abuso que nadie controla”, criticó Luis Vilches.

Los vecinos manifestaron que se producen todo tipo de situaciones, empezando por los bocinazos y gritos, hasta las maniobras peligrosas que realizan para salir del estancamiento. “Ayer un taxi se volvió una cuadra en marcha atrás. Después algunos autos debieron subirse a las veredas para descomprimir la calzada y dejar pasar un camión repartidor de bebidas”, explicó Susana Cortés.

“Es caótico, hace cuatro días que estoy reparando el borde de la vereda porque suben los autos encima y rompieron toda la loza. Hice una muralla con los escombros que saqué porque si no me pasan por encima mientras trabajo”, comentó Domingo Díaz y afirmó que el “estacionamiento desmedido” comienza a primera hora de la mañana y se extiende hasta las 14.

“Lugar para estacionar hay pero hay que pagar”, dijo Domingo, señalando la entrada de la playa de estacionamiento que se emplaza a sólo una cuadra del Rectorado. Se trata del complejo “Estación Norte”, que abrió sus puertas hace poco más de un mes. El dueño explicó que pensó en la necesidad de un espacio para guardar los autos y armó ofertas especiales para hacer más accesible el servicio.

“El predio tiene capacidad para ciento treinta automóviles. El mes pasado hice una promoción que incluía a dos vehículos por cuatrocientos pesos por mes. Igual la gente eligió seguir estacionando en la calle. Actualmente, la playa cuesta trescientos pesos por auto e incluye el servicio de lavado”, señaló Alberto Salas.

Los conductores también expresaron su incomodidad. Alejandro Guiñez aseguró que la imposibilidad de poder pasar por la calle le ocasiona demoras, ya que es una alternativa a la hora de esquivar semáforos. “A los taxistas nos perjudica porque muchas veces buscamos rutas alternativas para llegar más rápido”, indicó.

Para evitar el caos vehicular de Estado de Israel, los conductores deben hacer un rodeo por Justo Daract o por calle Italia, pero no es una solución viable ya que también son vías que colapsan por la cantidad de autos.

“En realidad toda la ciudad está intransitable, en esta zona todas las calles están llenas de autos mal estacionados que achican el espacio. Por las mañanas hay camiones que descargan materiales de construcción y colectivos, que quedan atascados porque no pueden maniobrar. No podemos seguir así, vamos a tener que cambiar la mentalidad”, agregó Guiñez.

Peligro de “infarto”

Lo que sucede en Estado de Israel es una situación que se asemeja en todas las arterias de la ciudad. Sobre Ejército de Los Andes, los autos se despliegan a lo largo de la calle desde la Universidad hasta Justo Daract. No se respetan ni las esquinas, lo que agrava la circulación debido a que hay más actividad de tránsito pesado. Otra de las calles colapsadas es la General Paz, particularmente el tramo que va de Pedernera a Belgrano donde hay más comercios. Lo mismo ocurre en Bolívar, Lavalle, Colón, Rivadavia, Caseros, Mitre y la lista sigue. Por todos lados se ven autos estacionados, incluso más en áreas prohibidas, que en playas privadas.