Iluminado por el fuego: Nicolás Ferreyra, escritor y ex combatiente

Revisar las heridas que no cierran y ayudar a quienes las sufren. Ésa es la misión de Nicolás Ferreyra, un ex combatiente de Malvinas que a través de la literatura logró deshacerse de algunos fantasmas.
El presidente de Centro de Veteranos de Malvinas del Valle del Conlara ya escribió dos libros, va por un tercero que quiere llenar con historias y piensa en otro más -encarado hacia la poesía-. Todos están dedicados a sus recuerdos del conflicto bélico de 1982, cuando tripulaba el rompehielos General Irizar, convertido en buque hospital. Ferreya fue enfermero en el frente.
El primero de los libros, “Hemos regresado”, fue editado en el año 2000 y tiene cuatro ediciones. Fue declarado de interés nacional por el Senado de la Nación, por la gestión de Liliana Negre de Alonso. El segundo “Vamos hermano, vamos”, lanzado una década después del debut, también fue declarado de interés en la provincia y su autor pudo mostrarlo en varios lugares.
Esa obra fue editada por intermedio Alberto Trossero, profesor de la UNSL y aunque la institución educativa lo imprimió, está agotado y no hay, por el momento, posibilidad de reedición. “Me gustaría hacer una nueva versión, con más imágenes, incluso estuve haciendo filmaciones en la última visita que hice a Malvinas".
Ferreyra fue parte del contingente de puntanos que voló a las islas del 8 al 18 de octubre pasado. Allí rindieron homenaje a los héroes de Malvinas, a más de 33 años de la guerra.
“Fue un apoyo inmenso del gobierno y de la provincia, el pueblo está representado en el gobierno: entonces nos ayudaron todos”, sintetizó Ferreyra, tranquilo ahora que pasaron unos días y pudo acomodar algunas cosas.
Viajar con las viudas de algunos soldados puntanos creó un clima especial. “Nos ayudaron a transmitir lo que sentíamos” y hasta hubo momentos de oración en el cementerio, “donde se vivió de forma muy fuerte toda esa emoción”.
En su escritura queda claro que le llaman la atención determinadas situaciones. “Lo que hago es mandarles mensajes a personas que han pasado por trances duros en sus vidas, sean ex combatientes  o no. Y a los doctores también”, dijo el autor.
Las historias de Nicolás están relacionadas con los síndromes post traumáticos que pueda tener una persona, que si no es tratada bien puede llegar al suicidio. “Lo que traté de ver fue a personas que han pasado situaciones difíciles y han sabido superarlas, y a través de los relatos de esas historias, doy ejemplos para superar los problemas con placer y alegría”.
Desde abril, Ferreyra es presidente del Centro de Ex Combatientes Valle del Conlara, vive en la Villa de Merlo donde es preceptor en un instituto de formación docente en el nivel terciario. “Es la posibilidad de hacer algo y contribuir con la sociedad, gracias a Dios tengo mucho apoyo de ellos”, sostuvo.
Incluso el ex soldado contó que antes de partir el mes pasado, los docentes y alumnos lo despidieron con alegría. “Cuando me fui en 1982 estaba haciendo el servicio militar en Buenos Aires, primero en Punta Indio y después en el Hospital Naval Río Santiago -donde se recibió como enfermero- y cuando comenzó la guerra nos trasladaron al rompehielos Irizar, ya transformado en buque hospital: en el '82 me fui solo", recordó y marcó algunas diferencias con compañeros de Buenos Aires que fueron despedidos por sus familiares.
Ferreyra aseguro que no inventa historias para sus libros, sino que busca llegar a la realidad por medio de una novela o un cuento. "Trato de ser lo más real posible: no miento en las historias”, destacó sobre la importancia de su legado literario, mediante el cual intentará demostrar "que se puede recuperar del horror de una guerra y seguir luchando con alegría y mucha esperanza".