La primera vez en la vida que Leroy Alejandro Moyano vio al inspector Walter Talquenca, el policía iba apuntando hacia él con una pistola. Y unos segundos después le pegó un tiro en un brazo. Fue la madrugada del sábado 15 de marzo del año pasado, dentro del boliche “Natacha”, de Naschel, donde el inspector mató al comisario Julio Marcelo Barrio y a un camionero bonaerense que había ido por primera vez al pueblo. Además, hirió a diecisiete personas.
Leroy, vecino de Concarán, hoy tiene 18 años y trabaja como albañil. Ayer revivió el atentado al declarar como testigo en una de las últimas audiencias del juicio oral y público contra el policía, que lleva adelante la Cámara del Crimen de la Tercera Circunscripción Judicial.
Cuando el presidente del Tribunal, Mario Alonso, le preguntó si le comprendían las generales de la ley, es decir, si es amigo, enemigo, deudor, acreedor o tiene algún otro vínculo con Talquenca, el chico dijo que no. Acto seguido, después de mencionar que el testigo era una de las víctimas del tiroteo cometido por el policía, el magistrado le preguntó si tenía algún interés en la resolución de la causa contra Talquenca. Moyano contestó: “Que lo metan preso, lo único”.
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