Malezas que reinan en los terrenos y cubren hasta las veredas, escombros y chatarras sepultadas en los sitios durante meses, descampados convertidos en basurales clandestinos. Estas escenas se han convertido en una constante en el paisaje de la ciudad. En lo que va del año, el Municipio ha iniciado más de 300 expedientes a los propietarios que no limpian ni mantienen en buen estado sus baldíos y generan un malestar a los vecinos. Sin embargo, la situación no mejora.
Las abundantes y cada vez más frecuentes lluvias hacen crecer los yuyos con mucha rapidez. Como los dueños de los muchos descampados que hay en Villa Mercedes no los cortan, alcanzan grandes volúmenes que atraen plagas de mosquitos o propician la llegada de ratas. Incluso, en algunos casos las malezas obstruyen las aceras e impiden que los peatones caminen por allí. "Esto agrega un peligro más porque transitan por la calle y corren riesgo con los autos que pasan", dijo Juan Carlos Borges, jefe del Programa de Sitios Baldíos de la comuna. Por otro lado, los lotes se transforman en depósitos de bolsas de basura y los residuos se descomponen bajo el sol o con el agua, con la amenaza que eso implica para la salud de los vecinos.
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