Empleados de Crocantes volvieron a reclamar la reapertura de la panadería

Volvieron los bombos y los carteles de protesta a la avenida Illia. Los ex empleados de la panificadora Crocantes se manifestaron ayer a la mañana en la puerta del local, ubicado a pocos metros de la Chacabuco, para pedir que el juez Civil y Comercial N° 2, Eduardo Giménez, resuelva qué pasará con el negocio, que dejó de atender al público a principios de octubre. Y es que el comercio cerró sin aviso y los trabajadores se movilizaron para impedir que sacaran toda la maquinaria y para realizar una presentación en la Justicia, asesorados por el Sindicato de Panaderos. Esperaron un mes y medio y aún no lograron una respuesta, así que decidieron llevar de nuevo el reclamo a las calles. Esperan poder regresar a sus puestos de trabajo. 
“No hay ninguna novedad y estamos esperando que tome una determinación. Fuimos con los trabajadores a hablar varias veces, tuvimos como cuatro audiencias. Cuando conversamos con él, dice que está estudiando el caso, que no puede adelantar una opinión”, aseguró Darío Martinelli, delegado normalizador del gremio, quien anticipó que permanecerán en la puerta del local hasta que les comuniquen la decisión. Y afirmó: “Si creen que nos van a cansar, no lo van a lograr. Haremos protestas hasta que lo resuelvan”.
Además, comentó que los abogados que los asesoraron les dieron dos posibles finales para la panificadora: la quiebra con continuidad del negocio en manos de un síndico o el cierre definitivo con la indemnización de todo el personal, que de acuerdo al dirigente gremial, le costaría al dueño del negocio, Raúl Lucas, unos dos millones de pesos. Si la Justicia se inclina por la primera alternativa, que es la que ansían los ex trabajadores, Martinelli adelantó que también deberían sacarle la administración de la sucursal de la San Martín, que hasta ahora funciona normalmente.