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Columna: hay chances de aumentar las ventas de carne a China

Por redacción
| 15 de febrero de 2015

En el último año, los precios de los alimentos tuvieron bajas en todos los mercados mundiales. El índice que elabora la FAO (la organización de las Naciones Unidas que se dedica a la cuestión) da cuenta de eso. El único producto que sostuvo durante gran parte de 2014 sus cotizaciones fue la carne, cuyo valor luego se vio castigado por la crisis desatada en países demandantes como Rusia, a lo que se agrega la firmeza del dólar que debilita la capacidad de pago del euro.
La baja en el precio es importante y genera preocupación entre los exportadores.
La tonelada de la cuota Hilton ronda los 13.000 dólares cuando pocos meses atrás valía en torno a los 16.000 dólares. Una diferencia considerable.
Pero más allá de lo que pase con la coyuntura, la demanda mundial de alimentos sigue firme y especialmente  la necesidad de importaciones de parte de los países asiáticos continúa creciendo.
Ese incremento será mayor en los próximos años.En Asia se encuentran los mayores importadores mundiales de alimentos. Países como China, Hong Kong, Malasia, Tailandia, Vietnam, y también muchos de África, tienen un déficit estructural de alimentos, su población crece en cantidad y en sofisticación en cuanto al consumo, por lo que cada vez requieren comprar mayores cantidades.
Se estima que hacia el año 2030 en Asia habrá cerca de 900 millones de personas que no comerán si no se importa lo necesario.
Para la Argentina la puerta está abierta desde hace tiempo y eso se reflejó en los buenos precios de los commodities agrícolas que se registraron en los últimos años. Fue esta gestión la que no aprovechó el escenario internacional y prefirió el aislamiento, cercenando además los ingresos de los productores, lo que limitó la llegada de inversiones productivas.

 


Los errores del pasado reciente
 El próximo cambio de Gobierno y la negociación iniciada con China abren una luz de esperanza para las exportaciones de carne de nuestro país. China es el primer comprador mundial de carne vacuna y también uno de los primeros destinos para la que se produce en Argentina. Pero su colocación y el posterior ingreso de divisas podría ser mucho mayor si no se hubiera incurrido en el error de intervenir, y de un modo tan nocivo, al mercado de ganados y carnes que en pocos años dio por tierra con la producción de novillos y con la carne que antes se designaba a los destinos internacionales.
Para revertir el camino desandado en los últimos nueve años será necesario realizar cambios de fondo en la política oficial vinculada al comercio exterior. Sobre todo con una gestión que favorezca las exportaciones de commodities y de productos con valor agregado.
En el caso de la carne vacuna el producto tiene mucha fama. De eso vive la Argentina, ya que fue prácticamente retirado de las góndolas del mundo.
Nuestro país representa apenas el 2% del comercio internacional, pero sólo con la fama no se vive. Si la próxima gestión modifica su estrategia (apunta a los mercados internacionales y empieza a resolver los problemas internos como la inflación) será necesario demostrar a los compradores que somos un proveedor confiable otra vez.
Profundizando en lo que significa China para el comercio global de carne, hay que señalar que los cambios sociales experimentados en los últimos años fueron realmente de magnitud en ese país. Según indicó Fernando Vilella, coordinador del Programa de Agronegocios de la Facultad de Agronomía, cada año cerca de 20 millones de chinos (una Argentina cada 2 años) migran de zonas rurales pobres a los grandes centros urbanos mejorando su calidad de vida y en consecuencia, incrementando la cantidad y calidad de los alimentos que consumen.
Además, los ciudadanos urbanos empezaron a tomar nota de los problemas sanitarios internos que tienen en la producción de alimentos, por lo que reclaman más información sobre su origen y certificación respecto de su calidad.
China es un gran productor pero también consumidor de alimentos, de hecho en algunos momentos del año debe comprar incluso frutas y verduras, una sus especialidades productivas. El país tiene un gran desbalance entre oferta y demanda: posee el 7% de las tierras pero su población representa el 20% del total mundial. Otra característica es que el 20% del consumo se da en fast foods, restaurantes o con el formato de viandas listas para el microondas.
Esa tendencia también es creciente, lo que obliga a pensar en la oportunidad de comenzar a venderle productos con mayor valor agregado.
En el caso del sector porcino, China posee el 50% del stock mundial. También produce la mitad del volumen de carne de cerdo. A nivel global, este año se producirían 112 millones de  toneladas, de las cuales unas 57 millones (casi la mitad) se originarán y consumirán en ese país. Pero las necesidades de abastecimiento de este producto son crecientes, lo que obligaría a importar 1 millón de toneladas de esta especie en 2015. En efecto, se dio un incremento en las compras de carne de cerdo del 20% en los últimos 5 años.

 


Pasión por las vacas
Pero además, China quiere cada vez  más carne vacuna. En 2010 importó 40.000 toneladas de carne mientras que Hong Kong compró 154.000. Entre ambos sumaron 194.000 toneladas. Cabe destacar que la mayor parte de lo que ingresa por Hong Kong termina en China.
En 2014 entre ambos compradores se llevaron 1,2 millón de toneladas lo que los convierte en el primer importador de carne después de los Estados Unidos.
El incremento del consumo en tan sólo 5 años fue enorme y se espera que la tendencia continúe en los próximos 10 años. Se prevé además que la tendencia se mantendrá y que en la próxima década sólo China, sin Hong Kong ni Vietnam, comprará por 900 mil toneladas.
Si se suman las posibles adquisiciones de los otros dos destinos, el polo asiático confirmaría su liderazgo en el mercado global, en especial en el de cortes de bajo valor, lo que complementa la demanda de otros destinos como Europa.
Para países como el nuestro la situación es ideal ya que esas compras ayudarían a una mejor integración de la res.
Por ahora el aprovechamiento es sólo de uruguayos y brasileños, pero el cambio de gestión que se producirá a fin de año alienta las esperanzas de que haya modificaciones en las políticas hacia el campo y decisiones macroeconómicas que alienten la reinserción del país en el contexto mundial, generando nuevas oportunidades de negocios e inversiones productivas.

 


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