Los meses turbulentos que vivieron padres y niños del Club Deportivo La Ribera en disputa con la Comisión Directiva de la institución, parecen haber comenzado su camino hacia una resolución. La Dirección de Personas Jurídicas encontró irregularidades en el manejo de las decisiones y el padrón de los asociados y designó un delegado normalizador para iniciar un nuevo proceso, que culmine con una asamblea representativa.
Desde noviembre del año pasado que un grupo de padres del club que posee un predio de seis hectáreas en el barrio La Ribera hicieron públicos sus reclamos contra el presidente de la institución Javier Suárez. Por entonces, los tutores y también algunos técnicos de varias divisiones del fútbol infantil lo acusaban de manejar el club de manera unilateral y de tener las instalaciones en un estado calamitoso. A fines de enero, llevaron hasta el gobierno provincial una denuncia acompañada por 195 firmas de aquellos padres que no eran escuchados y que habían sido desplazados del club.
“La institución tiene un registro de asociados de más de 200 personas y sólo 14 en condiciones, que además son todos familiares del presidente. Yo no puedo confiar en que ese padrón de asociados esté correcto, además tenía estas listas de chicos de varias categorías que no están incluidos como asociados del club, cuando legalmente todo chico que juega debe estar asociado, o bien el padre. Esa es una irregularidad grave”, señaló María Lorena Domínguez, responsable de la Dirección de Constitución y Fiscalización de Personas Jurídicas y Cooperativas.
La funcionaria organizó una reunión entre todas las partes la semana pasada, pero al encuentro en el Centro Cívico no acudió ni el presidente ni sus representantes.
“Lo correcto es ir a una asamblea para que decidan si quieren que la actual comisión siga o no, pero no se sabe con exactitud cuáles son los socios. El delegado normalizador tiene ahora un plazo de 30 días para elaborar un padrón de asociados, que deberá incluir a los padres de los chicos que participan en todas las categorías y que están federados”, advirtió Domínguez.
Otro de los puntos que se acordó es que se permita la inscripción de las 7 categorías infantiles que el presidente se había negado a anotar en el campeonato infantil de la Liga Mercedes de Fútbol, ya que sólo había registrado a dos categorías.
El normalizador
Edgar Leguizamón es chofer de un transporte de personal de fábricas, padre de un niño al que le apasiona el fútbol y desde ahora también será el responsable de establecer una lista actualizada sobre los socios del Club Deportivo La Ribera.
“En noviembre el presidente echó a los técnicos de nuestros chicos y a los padres. Desde entonces entrenan en un descampado frente a un supermercado del barrio. Tampoco quiso inscribir a nuestros hijos en la Liga; el presidente estaba confundido y manejaba el club como una sociedad anónima cuando en realidad es de la gente”, acusó Leguizamón.
El flamante delegado normalizador aseguró que con su designación también está autorizado para que esas categorías que habían sido desplazadas, vuelvan a entrenar desde hoy en el predio.
“El fin de un club es contención para un chico, que haga amigos, que aprenda a manejarse en grupo y que sea feliz. Esa será mi misión y pido a todos los padres que se sumen para poder lograrlo, incluso voy a hablar con Suárez (el presidente desde 2009) si él quiere y tiene buenas intenciones, también lo vamos a escuchar”, concluyó Leguizamón.
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