A dos meses de que se venza el plazo para realizar el nuevo DNI (que viene en formato tarjeta), el titular del Registro Civil de San Luis, Gastón Tula Barale, aseguró que el 90 por ciento de los puntanos ya hizo el trámite. Además, recordó que el 30 de junio es la fecha límite de vigencia para la libreta de enrolamiento, la libreta cívica y la tarjeta verde.
El padrón con el que se maneja el Registro Civil provincial se basa en la Encuesta Permanente de Hogares de 2010, en la que San Luis tenía 432.310 habitantes. En el Gobierno no precisaron el número exacto sobre la cantidad de personas que todavía utilizan los formatos más antiguos, pero en base a este cálculo unos 43.200 sanluiseños aún deberían realizar la diligencia.
Tula Barale expresó que: “Ya que queda ese escaso diez por ciento, lo único que quiero es convocar a los ciudadanos a que concurran al Registro Civil a hacer los documentos en el caso de aquellos que todavía no lo tienen”, y resaltó que “hay una demora extra que antes no había, en este momento, la entrega se extendió cinco días más que lo normal. En un principio tardaban de diez a quince días y ahora demora de veinte a veinticinco días”.
Para los ciudadanos que todavía no han hecho el trámite, los horarios de atención en el Registro Civil, ubicado en calle Ayacucho, entre Rivadavia y San Martín, son de lunes a viernes de 8 a 14, lo mismo que en el resto de las delegaciones de la provincia.
El director del Registro Civil señaló que el DNI tiene un valor de 35 pesos, mientras que el pasaporte cuesta 400 pesos y en su modalidad exprés 900 pesos. Para la renovación sólo hay que llevar el documento anterior.
“Quiero hacer hincapié en que la gente venga a las oficinas ya que es un trámite simple. Como queda poca gente, serán atendidos rápidamente. Tienen que aprovechar en venir y hacérselo, ya que el plazo para tenerlo vence el 30 de junio”, expresó Tula Barale y aclaró que los adultos mayores de 75 años no tienen la obligación de renovar el DNI.
Con respecto a algunos errores producidos en la impresión de las tarjetas, Tula Barale dijo que: “Primero se hace una rectificación de datos. Generalmente las falencias se dan cuando imprimen los documentos en Buenos Aires. Igualmente hay que aclarar que allá hay un operador que controla que toda la información sea correcta para darle la aprobación al trámite. Algunas veces hemos tenido inconvenientes porque le cambian un acento, una mayúscula o el sexo. Son errores humanos, y cuando el ciudadano viene a plantear lo que le sucede, mandamos un mail para pedir que se genere un nuevo ejemplar sin costo alguno”.
En setiembre del año pasado, cuando el Gobierno central prorrogó el plazo final de renovación del 1º de enero de 2015 al 30 de junio, el ministro del Interior y Transporte de la Nación, Florencio Randazzo, declaró que: "Con la incorporación del número de CUIL (Código Único de Identificación Laboral) en el dorso del nuevo documento tarjeta los ciudadanos ahorrarán más tiempo y simplificarán muchísimos trámites".
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