El espectáculo “Cuando ríe mi guitarra”, que salió adelante con el talento y oficio de los comediantes “Los Cumpas” y de Daniel “El Negro” Ferreyra, cumplió con las expectativas de los asistentes al teatro de Golden Palace.
La dupla cómica abrió la noche y agradeció al público que le permitan llevar “39 años sin trabajar”.
“La guitarra nos salvó la vida” contaron, ya que para los no beneficiados en facha, una buena parla y la guitarra es una salvación. Así iniciaron su rutina de imitaciones, que fue desde “Los Quilla Huasi” y “Los Fronterizos”, al tango “Mi noche triste” de Tita Merello y los Auténticos Decadentes, para levantar a la gente. Entraron el "Negro" y su hija Shirley para cantar un vals peruano, tentada ella por las morisquetas que le hicieron. Los hermanos Franklin y Oscar Henríquez vistieron esmoquin negro con zapatos aleopardados mientras que el Negro estuvo más casual, bien canchero.
La función estuvo dedicada a la familia, porque el dúo mendocino no tiene en su vocabulario malas palabras, aunque sí un doble sentido que causa gracia por lo simple. El guitarrista presentó en sociedad a sus herederas: Shirley cantó varias canciones, Karen “Zamba para olvidar” y Brenda bailó bachata con Marcos Miranda.
El dúo echó a los Ferreyra y dieron una sucesión de hits añejos, con Adamo, Heleno, “Banana” Pueyrredón, "Los Iracundos” con el público en coros y los “BeGee’s” con pista disco del sábado nocturno. También estuvieron las gargantas gastadas de Serrat, Sabina y René de Calle 13. “Cómo cambió la poesía”, se lamentó Franklin y los ejemplos que corearon fueron “Mueve tu cucu”, “Se te ve la tanga” y “el Bombón asesino”. Tampoco se salvaron “Miranda”, “Agapornis”, los “Wachiturros” y el “Gangam style”, pero fue una excusa para hacer reír. Y cumplieron.
Ferreyra tocó “Quiero ser tu sombra”, el primer tema que aprendió, en un continuado infinito de notas sobre el mástil. “Cuando apagan las luces: ¿me ven? ¿Si no sonrío?", se rió de sí mismo. Volvió Shirley en “Cómo me duele perderte” de Gloria Estefan y el Negro anunció su próximo trabajo, un cd de bachata y cantó “Loco”. Se despidió con su imbatible “Pájaro campana” y la magia intacta (hizo slide con un vaso, sus dientes y detrás de la cabeza), coronado con el cumple feliz.
Sobre el cierre todos mezclaron dos boleros: “Abrázame así” y “Cuando se quiere de veras”, encimados, pero coordinados.
El espectáculo nació del tema “Cuando llora mi guitarra”, que cantó Shirley y sobre el final, la versión especial de la noche: “Cuando ríe mi guitarra”, con los artistas en escena. “Si así lo quieren: banquenselá”, agitó Franklin y la última tanda fue un mix cuyano, con cueca sanjuanina, mendocina y la querida “Calle Angosta”, con el público prendido fuego.
La sala colmó las expectativas y antes de dejar el escenario, la gente lo invadió para sacarse fotos y saludar. Los que quisieron divertirse sanamente supieron dónde ir.


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