Las caminatas que realizaban los vecinos de los barrios San Martín, 9 de Julio y 1º de Mayo, por la ciclovía que va a la par de la avenida Quinto Centenario (ex ruta nacional 7), quedaron “rengas”. Rodeada de yuyos, escombros y basura, pasó a convertirse en una senda peligrosa y olvidada.
Edith Velázquez, del barrio San Martín, apuntó contra la falta de mantenimiento y la propia “mano del hombre”. “Es una lástima, porque era un recorrido hermoso, donde muchísimas familias de los barrios cercanos y hasta del centro lo hacían. Pero hace tiempo que se volvió muy peligroso, porque hay partes donde el agua destruyó el asfalto, y otras donde se robaron las luces y rompieron los bancos. Además, hay yuyos altísimos, y no sabés qué hay del otro lado", lamentó.
La bicisenda va desde el parque La Cerámica hasta el cruce de la ruta a Pescadores, por una extensión de unos 5 kilómetros. Aunque el descuido se profundiza a partir del llamado “Puente Negro”.
Juan Orozco es otro de los vecinos que dejó de caminar por esa vía, principalmente por miedo.
“Como tengo un problema en el corazón, el doctor me dijo que tengo que caminar sesenta minutos todos los días. Y siempre iba desde la entrada de La Cerámica hasta la ruta. Me conozco de memoria el camino; son 5 kilómetros clavados. Pero lo han dejado venirse abajo. Hay sectores donde los yuyos tienen más de un metro. Entonces, no sabés qué puede salir de ahí”, contó Orozco y siguió: “Ya ni voy. Cambié el recorrido: ahora me tomo un colectivo hasta el Policlínico y de ahí me vengo caminando, escuchando música. Pero no es lo mismo, porque tenés cientos de autos que te pasan por todos lados. En cambio, en la ciclovía del barrio, te olvidabas de los vehículos; era como ir por un lindo parque”, dijo Orozco con bronca y algo de nostalgia.
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