Cuando tenía siete años, mis papás me regalaron un muñeco que estaba de moda en ese entonces. Se llamaba ‘Carloncho’ y era de goma con pelo de lana. Fue el mejor Día del Niño de mi vida. Todavía lo recuerdo y eso que ya pasaron cincuenta años. Tengo un nieto de cuatro años y todavía no me decido si regalarle una tablet o un robot que vio en la tele”, contó Silvia Ojeda, mientras recorría jugueterías. La anécdota de Silvia resume en breves palabras todo un cambio generacional. Los niños dejaron atrás los juguetes tradicionales para optar por la tecnología. El Diario de la República realizó una recorrida por el centro y los comerciantes confirmaron, que los productos más elegidos para regalar en este festejo, son los robots, los videojuegos y los mini aparatos para cocinar comida real.
“Antes los padres iban a escondidas de sus hijos para comprar los regalos, ahora los traen para que ellos mismos los elijan. Las preferencias en esta casa van siempre por el lado de los videojuegos y de las Playstation. Hay chicos que están muy actualizados y que nos piden juegos para la Play que ni siquiera llegaron a San Luis. Después tenemos los fanáticos de las tablets y los más grandecitos que piden un celular”, dijo Mario Funes, subgerente de Frávega. Quien trabaja en el comercio hace ocho años opinó que las ventas de artefactos para niños aumentaron junto con la permisividad de los padres.
Lejos de quedar exentas a las innovaciones, las jugueterías conforman el lugar donde se impone toda la oferta de "chiches" tecnológicos que aparecen en las publicidades. Los muñecos inertes y los bloques de madera son sólo para pequeños de menos de tres años. El yo-yo y los soldaditos ya no están presentes en ninguna góndola. Ahora las estanterías están llenas de figuras que salen en la tele y que hablan y caminan al presionar un botón. Hasta los juegos de mesa traen una aplicación para descargar por internet. “Las familias nos piden cosas digitalizadas. Nos dicen que los chicos se aburren y pierden el interés rápido”, señaló Suyai, encargada de Detalles. Expuso que a pedido de los clientes trajeron drones que sacan fotos. La juguetería también tiene una línea de electrodomésticos para que los mini chef fabriquen fideos, bombones, helado, pochoclo y garrapiñada. “Quieren hacer todo lo que sus padres hacen y el mercado les da la posibilidad”, dijo la joven.
La pelota número 5 y el equipo deportivo se resisten a pasar de moda. En Sportotal dijeron que la camiseta de la selección es una de las más pedidas. La ropa también sigue siendo una opción y más en temporada de liquidación, sin embargo no genera la misma reacción en los niños. La bicicleta es otra que no tiene fecha de vencimiento. Ahora la acompañan los cuatriciclos y los monopatines.
Salvo algunas excepciones, los regalos más elegidos son individuales y tienden a disminuir la interacción entre los niños. Pablo Laciar, presidente del Colegio de Psicólogos dijo que el problema no es la tecnología, sino la cantidad de tiempo que el niño pasa con ella. “Es importante que tomen los videojuegos o los robots o lo que sea como un pasatiempo y no como un contacto con el mundo. Es primordial cuidar los hábitos en los menores. Si el niño tiene baja autoestima, puede encontrar en el uso de las tecnologías un refugio para sentir la seguridad que no siente en lo cotidiano y esto puede derivar a extremos, como el de no querer ir a la escuela o ver a otros niños. Este sería un claro ejemplo, de lo que puede pasar cuando se utiliza indiscriminadamente algo”.
Una mirada similar tuvo María José Pérez, coordinadora de los programas de Atención a la Ludopatía y de Cesación Tabáquica de la Fundación de Acción Social. "Enseñemos a nuestros niños y jóvenes a hacer un uso adecuado de las tecnologías, que éstas no terminen reemplazando lo que es irreemplazable, que es lo vivido y compartido con el trato personal. El problema no está en la cosa en sí, sino en el uso que hacemos de ella", resaltó la integrante de FAS.
El psicólogo dijo que en esta era de avances es fundamental volver a lo primitivo y aquí entraría la comunicación familiar. Aseguró que si los roles entre padres e hijos están bien definidos, la tecnología no tiene por qué interferir en la vida social. En algunos casos, hasta fomenta y estimula la creatividad. “A veces no es fácil pasar tiempo con los hijos por el ritmo de vida, sin embargo es un trabajo que tenemos que intentar hacer todos los días. Hay que disfrutar todos los momentos, desde los más simples a los más complejos”.


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