La familia de la joven embarazada que murió calcinada en un asentamiento de la zona sur de San Luis recibió hoy el cuerpo. Aunque ayer se había indicado que sería necesario hacer un cotejo de ADN para establecer la identidad de la víctima del siniestro, finalmente la jueza Penal Nº 3 Virginia Palacios ordenó hoy la entrega de los restos después de que un pariente la reconociera.
Las llamas dejaron a la chica irreconocible. Pero este familiar pudo identificarla gracias a una singularidad: tenía una pequeña separación en los dientes frontales superiores, confió una fuente.
A esto se sumaron todos los indicios que recogieron los investigadores de la División Homicidios, que señalaban que la persona que falleció carbonizada era Yésica.
El jefe de la División Homicidios, subcomisario Javier Sosa, informó hoy que la autopsia permitió descartar la teoría del homicidio. Dijo que a partir de la reconstrucción del perfil de la joven y de su vida están cerca de sostener que ella provocó el incendio para suicidarse.
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