Hombre golpeado en un boliche: los custodios no fueron a declarar

Algunos patovicas del boliche “Black Line”, donde el domingo golpearon a un hombre hasta ponerlo al borde de la muerte, se han mostrado reticentes en ir a declarar a la Comisaría 39ª, que los convocó para tomarles testimonio con el fin de identificar a los autores de la agresión que sufrió Jesús María Bustos.
Mientras tanto, la víctima continúa internada, en estado grave, en la terapia intensiva del Hospital San Luis.
“Habíamos citado a los empleados del boliche cuyos nombres van surgiendo de las otras declaraciones que hemos tomado. Son por lo menos diez las personas que hemos llamado y, a medida que vayan declarando, surgirán otros nombres”, informó ayer el jefe de la seccional que investiga el caso, subcomisario Javier Miranda. Los dueños de “Black Line” también están citados.
La convocatoria policial no ha tenido éxito. Sólo dos custodios de la discoteca se presentaron a dar testimonio. “Ellos son los que llamaron la madrugada del domingo para avisar que había una persona golpeada frente al local”, dijo el policía.
Esos dos empleados no aportaron nada que pueda ayudar a descifrar quién atacó a Bustos, de 35 años, esa noche. “Ambos declararon que no se enteraron de ningún incidente dentro del boliche y aseguran que ellos no lo sacaron” al cliente a la calle.

Esperan datos de una cámara de seguridad
Cuarenta metros al este de la disco “Black Line”, en el cruce de la ruta 147 con la calle Riobamba, hay una cámara de videovigilancia instalada por el Ministerio de Seguridad. La Policía espera que esa filmadora haya captado alguna imagen que le ayude a esclarecer el caso. “Hemos pedido las grabaciones, las estamos esperando”, dijo el jefe de la Seccional 39ª.