"El Trébol Mercedino" festejó sus 50 años

En una noche colmada de recuerdos, homenajes y sorpresas, la sala del Teatro Molino Fénix se vistió de gala para celebrar los cincuenta años de unos de los grupos referentes del folclore cuyano, “El Trébol Mercedino”. La velada, que se extendió hasta la madrugada, reunió a una gran cantidad de músicos que se acercaron para compartir cuecas, tonadas y también chacareras. 
Sin duda alguna, las cuerdas cuyanas se hicieron sentir el lunes por la noche. Todo parecía indicar que sería una fiesta al tan querido y tradicional estilo de las peñas barriales. 
De a poco y cerca de las diez de la noche, comenzaron a llegar los invitados. Entre el público esperaban familiares, amigos, seguidores y figuras como el candidato a gobernador Alberto Rodríguez Saá, el intendente de la ciudad Mario Raúl Merlo y el reconocido folclorista Saúl Bustos, entre otros. 
Ansiosos, los espectadores -de todas las generaciones- comenzaron con palmas para calentar el ambiente. Mientras tanto, los integrantes del cuarteto homenajeado, recibían a los que seguían entrado con un beso y un abrazo en las puertas del teatro.  
Poco antes de las 23 el telón se abrió y “Los Trovadores de Cuyo” dieron inicio a la fiesta. Luego fue el turno de los “Quilla Huasi”. La previa al gran show la dio “Doña Jovita” con sus dos nietos. (Ver Pág 25)
Treinta minutos pasaron de la media noche y los villamercedinos entonaron el feliz cumpleaños a la provincia acompañado de un ¡Viva San Luis!. La celebración también fue para "El trébol...", ya que su fecha de inicio coincidió, hace 50 años, con el de un aniversario de la fundación de la provincia.
 De a poco, las sorpresas preparadas por los anfitriones dieron rienda suelta a las emociones de los espectadores. La primera llegó de la mano de Raúl “El Sapo” Ávila y Hugo Pereyra, dos integrantes fundadores de "El Trébol...", que junto con “Paquito” Requelme, hijo del fallecido José, invitaron al público a revivir las primeras canciones que el trío arrimó al mundo del folclore. “Quiero volverme luz” fue la que dio apertura, mientras una pantalla de fondo recordaba con fotografías los inicios del conjunto. 
“Hace mucho que no tocamos con el Hugo, vamos a ver qué sale. Trajimos guitarras criollas, como las de antes porque no sabemos usar las que tienen sonido”, dijo simpático Ávila y dio el pie para seguir con las tonadas. 
Luego de una ovación de pie, llegó el turno de la nueva formación. Con sus trajes azules oscuros, impecables, Aldo Ávila -hijo de Raúl-, Julio Coria, Christian Mana y Cristian Romero, subieron al escenario. El repertorio de oro, buscó enaltecer la historia y el nombre de los que alguna vez fueron “tréboles”, como Héctor “Chivo” Montenegro, a quien le dedicaron la primera canción, “Escuelita de campo”. 
“Nosotros hicimos muy poco por esta historia que crearon otros grandes como Raúl y Hugo”, expresó Julio Coria, quien pidió especial silencio para entonar “Zamba de un final”, de Paco Flores, quien que también alentó desde las butacas. 
Para seguir con las emociones, Adrian Ávila- hijo de Aldo, nieto de Raúl- se sumó para cantar “Boliche Don Miranda” con su abuelo. Ambos se volvieron uno al interpretarla con la pasión cuyana que caracteriza a la familia. 
Con la madrugada en pie de puerta, “El Trébol...” invitó a sus “cumpas” a darle cierre a una velada que revivió a los grandes del folclore puntano y cuyano. “Viejo puente de madera” y, como no podía ser de otra manera, “La Calle Angosta”, fueron las joyitas elegidas para decir “Gracias y hasta luego”.