El frío no fue un impedimento para que miles de fanáticos de River se lleguen hasta la esquina de Pringles y Rivadavia y festejen el tricampeonato de América.
Pasaron 19 años. Muchos hinchas masticaron bronca durante un largo tiempo, pero el fútbol, al igual que la vida, siempre da revancha. Ese día llegó. Grandes. Chicos. Hombres. Mujeres. Hasta los abuelos, agarraron la bufanda rojiblanca y se hicieron un tiempito para salir a festejar.
Nadie quiso perderse la caravana. Bombos. Redoblantes. Papelitos. Bombas de estruendo. Todo eso le dio un colorido especial a una noche fría, pero el calor lo pusieron los hinchas
"Mi hijo tiene dieciséis años. Cuando fuimos campeones en 1996 no había nacido. Esa final con el América la disfruté con mi señora, ahora festejamos los tres", dijo Carlos al borde de las lágrimas mientras se abrazaba con todos.
San Luis se vistió de rojo y blanco. River volvió. De la mano de Gallardo regresó a los primeros planos. ¡Salud campeón!


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