La panadería Crocantes ubicada en avenida Illia 127 está en condiciones de reabrir sus puertas al público esta semana y de esa manera los empleados que fueron despedidos de manera sorpresiva el 10 de octubre del año pasado por su antiguo dueño, Raúl Lucas, podrán recuperar sus fuentes de trabajo.
El dueño del local donde funcionó ese comercio durante más de doce años recibió las instalaciones en perfectas condiciones y acto seguido celebró un nuevo contrato de alquiler con Marcelo Salado, el titular de la panificadora de San Martín 620 que también se llama Crocantes, quien se comprometió a levantar la quiebra. Ahora deberá conformar una nueva sociedad con los trabajadores para que se concrete la medida que dictaminó el juez Civil Nº2, Eduardo Giménez. Salado y los trabajadores despedidos se comprometieron ante el magistrado a formar una sociedad de responsabilidad limitada (SRL) con una gerencia compartida que se hará cargo del la panificadora fallida y a cambio el juez decidió levantar la medida de salvataje.
“El viernes ante escribano público los trabajadores hicieron entrega de las llaves del local, y luego entiendo que firmó un nuevo contrato con Salado para que empiece a funcionar otra vez la panadería”, anticipó Darío Martinelli, delegado normalizador del gremio de Panaderos (Fauppa). El sindicalista adelantó que “todavía está en estudio qué figura legal tendrá esa sociedad que puede ser una SRL o de Capital e Industria. Ahora está en estudio entre el abogado de Salado y el del sindicato, pero en febrero ya tiene que estar definido para que se cumpla con lo que se firmó en el Juzgado que incluía a uno de los trabajadores integrando la gerencia compartida”.
Según adelantó Martinelli la idea es empezar a trabajar esta semana como sociedad en formación aunque por ahora figurará Salado como el responsable, pero igual compartirá la administración con los empleados. “El local ya está pintado por dentro y por fuera, el salón de la panadería se ha reacomodado y ya está en condiciones para abrir al público. No sabemos si seguirá con el mismo nombre, pero eso es algo que van a decidir los trabajadores con Salado”, indicó. Lo que sí pudo confirmar es que serán 14 los empleados de la futura panificadora, que el nuevo dueño ya les abonó a cada uno los $2.000 que se comprometió el pasado 21 de diciembre y que les confirmó que el viernes les entregará una suma igual, que Martinelli definió como “en concepto de adelanto de inversión”. Si bien el plantel original era de 25 personas cuando el anterior dueño decidió cerrarla, cinco ya habían sido absorbidos por Salado en su panadería de la calle San Martín, otros cinco encontraron trabajo en distintos comercios y por lo tanto desistieron de reclamar por la vía judicial.
La panificadora será la actividad principal y luego esperan sumar más servicios como el de cafetería y catering. “Pero eso se verá a medida que avance el año porque ésta no es una etapa propicia para ese rubro. Además, Salado se tiene que hacer cargo ahora de las deudas que quedaron por luz y gas, porque Edesal ya cortó el servicio y con Ecogas hay que hablar porque aunque no lo cortó, algunos días no tuvieron suministro. Para que se reactiven estos servicios era fundamental contar con el nuevo contrato de alquiler por eso estimamos que esta semana se podrá concretar”, recordó el representante de Fauppa.
Hace un mes el juez Giménez acordó con las dos partes que los bienes de la fallida sociedad Crocantes SRL pasaran a poder de los trabajadores y que Salado se hiciera cargo de pagarle a los acreedores de la firma que hayan registrado sus deudas en la convocatoria que llevó adelante el magistrado.
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