Parecía un espectro, uno salido de un cuento de horror. Estaba descalza, con las piernas y los pies embarrados, y la cara, las ropas y las manos ensangrentadas. Sólo vestía ropa interior y una remera. Cuando la persona que la auxilió en la calle Los Quebrachos de Juana Koslay le preguntó qué le había pasado, la joven de rostro desfigurado contestó que su ex pareja le había dado una paliza. Ella, que había logrado escapar y ganar la calle, sólo alcanzó a decir eso. Después, se desvaneció.
Quienes investigan el hecho ocurrido el martes 12 de enero no han escuchado el relato de la víctima, de 26 años, contaron dos fuentes de la causa. Todavía no ha declarado. Aún así, distintos indicios dotaron de veracidad a la acusación que hizo en ese momento y que motorizó un sumario en la Comisaría 5ª de Juana Koslay.
Agüero, de 36 años, tenía lastimaduras recientes en el rostro –se presume que la chica se las causó, en su intento por defenderse– y ropas y otros elementos con manchas de sangre, que fueron secuestrados. Además, en la vivienda había vestigios rojizos. Ese mismo día quedó detenido. Más tarde, consideraría que el silencio era la mejor forma de defenderse: no dio una declaración indagatoria.
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