Pepper, que salió a la venta para uso doméstico en junio pasado a un precio base de 198.000 yenes (unos 1.668 dólares), ya es mundialmente conocido en su faceta de dependiente.
Con las nuevas aplicaciones presentadas en la World 2016 de Tokio, el robot es capaz de trabajar como asistente médico, recopilando y explicando diagnósticos y resultados de pruebas médicas a los pacientes.
El robot, que tiene una altura de 120 centímetros, está dotado de sensores y cámaras y puede leer emociones, distinguir géneros y estimar la edad de sus interlocutores, lo que le ayuda a ofrecer "una explicación adecuada en cada momento", dicen representantes de la GE Healthcare en un vídeo junto a su Pepper, que en ese momento muestra en la pantalla una ecografía en 4D.
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