SAN LUIS - Sabado 28 de Junio de 2025

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Inseminación artificial, el futuro llegó hace rato

Por redacción
| 31 de enero de 2016

La Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF) va ganando adeptos a pasos acelerados entre los productores ganaderos de San Luis y del país en general. Es un procedimiento seguro, de nulo estrés para la hacienda y que promete excelentes resultados para los criadores, que se entregan al avance tecnológico y sólo les queda la tarea de monitorear el desarrollo de la preñez.

 

Diez días es el lapso total que dura el proceso de inseminación a tiempo fijo. Primero se colocan hormonas con un dispositivo intravaginal que apura el celo. En el décimo, se insemina.


Atrás quedaron los tiempos en los que había que esperar el celo de la vaca o las ganas del toro de servirla. Incluso la inseminación con detección de celo va dejando cada vez más espacio a la IATF, que en el caso de hacerse con pajuelas de toros probados y con excelente trazabilidad asegura además una mejora genética progresiva y de gran impacto para los rodeos. Por eso la revista El Campo acompañó a Rodolfo Benítez, uno de los profesionales del SAV (Servicio y Asesoramiento Veterinario), a una sesión de inseminación que realizó en la cabaña Macho Muerto, de la familia Abrate. Allí pudo observar todo el protocolo, los delicados pasos a seguir y la perfecta tarea realizada animal por animal en busca de la producción de terneros para la próxima primavera.

 


Para llegar al campo de los Abrate hay que recorrer un tramo de la ruta 147 y, en una de las entradas a San Jerónimo, hay que doblar en dirección contraria por la ruta 15 rumbo al noreste, por una cinta asfáltica en buenas condiciones aunque con los pastizales muy altos en las banquinas improvisadas, lo que permite inferir que en cualquier momento se puede cruzar algún animal y provocar un desastre. Por fortuna es una tarde tranquila en el semiárido, con algunas nubes que amenazan con más lluvias de las que ya cayeron en enero, pero todo quedó en amagues y el trabajo, que es al aire libre, se pudo realizar sin inconvenientes.

 


Los Abrate son gente de trabajo. Gustavo y Rodolfo se criaron en el campo y son parte de una familia de productores, por lo que conocen el paño porque allí se desenvolvieron toda la vida. El campo apenas tiene una sencilla construcción, el resto son corrales, aguadas, potreros para pastorear y un rodeo Hereford conformado en ese clima duro pero que a la vez es muy manso, que no huye del contacto humano al punto que se dejan acariciar el lomo, algo que sorprende tratándose de vacas, siempre huidizas y desconfiadas.

 


Este cronista llegó acompañado por el veterinario Benítez y por Héctor Martini, un eficaz asistente que es el encargado de manipular los elementos que servirán para comenzar con el proceso de inseminación a tiempo fijo. Estamos en el día 10 de un protocolo que se inició en los últimos días de 2015 con la colocación de hormonas a través de un dispositivo intravaginal que libera progesterona durante ocho jornadas para ayudar a la concreción del celo de la vaca. Además ya fue realizado un tacto preservicio para comprobar que no estuvieran preñadas previamente y se le inyectó a cada animal Benzoato de Estradiol. El veterinario también se había encargado en el arranque del protocolo de examinar la condición interna, si hay ovulación, y de controlar el anestro, que es la falta de ciclado, condición que se da en caso de bovinos muy flacos.

 


Al día 8 hay que retirar el dispositivo intravaginal e inyectar el resto de las drogas que ayudarán al proceso de inseminación: Prostanglandina y Cipionato. Con todo listo, el décimo día es el de la inseminación, el que nos trajo hasta Macho Muerto, nombre de dudosa efectividad para ponerle a una cabaña (en realidad lo pusieron porque así se conoce esta zona del oeste puntano), pero los Abrate son de desafiar los designios de la lógica y lo hacen bien, ya que su crecimiento en animales y genética demuestra que supieron llevar adelante el emprendimiento con éxito y sacrificio.

 


La parte de atrás de la camioneta del SAV es un laboratorio ambulante. Allí viajó en una especie de garrafa especial el semen congelado a 196 grados bajo cero gracias a la acción del nitrógeno líquido. La primera tarea de Martini es descongelar las pajuelas, para lo que cuenta con una máquina, que parece una cafetera, en la que sumerge los tubitos para llegar a los 37 grados, que es la temperatura corporal de los bovinos, una tarea que tarda un minuto exacto.

 


Después el proceso es mecánico, Héctor va preparando las pajuelas (miden 0,50 milímetro) dentro de una vaina y ésta va a una jeringa, que rápidamente le pasa a Benítez, quien ya está enfundado en un mameluco, tiene un guante que le llega hasta el codo (ya sabrán por qué) y se encuentra metido dentro de la manga donde los animales van pasando de a uno para ser inseminados.

 


Todos colaboran para que la inseminación salga bien. Rodolfo Abrate es el que separa a las vacas de sus crías del año pasado en medio de mugidos mutuos que parten el corazón y las va llevando de a una al brete. Su hermano Gustavo, con precisión quirúrgica, baja el cepo que les atrapa la cabeza para que no se muevan. Y en el medio está Rodolfo con la tarea más delicada, inseminar, para lo que introduce una mano casi hasta el codo por el recto del animal en busca de los tres anillos del Cervix, que los debe atraer hacia sí mismo para luego, con la otra mano, introducir la jeringa con la pajuela por la vulva. No debe tardar más de un minuto en completar el ciclo porque sino los músculos intrauterinos comenzarán a hacer fuerza para zafar del apriete y todo se complica. Pero el veterinario, ducho en estas lides, no falla y las 27 vacas van pasando sin tropiezos. Entre una y otra, Benítez introduce su brazo en un tacho con agua para deshacerse de los restos de materia fecal que inevitablemente salen de la vaca en la penetración. Lo bueno es que los animales no sufren, casi ni se enteran de lo que pasa en su cuarto trasero durante esos 60 segundos.

 


“Pensábamos inseminar 48, pero la lluvia complicó todo porque algunas se fueron campo adentro y no las pudimos traer de vuelta. El dispositivo se lo colocamos a 29 y al final son 27, porque dos no las encontramos”, lamenta Gustavo, aunque jamás se quejará del agua que manda el cielo: “En una zona árida como ésta, en la que hubo años que imploramos por una gota, siempre será bienvenida la lluvia, aunque a veces complique las cosas”, asegura.

 


Las vacas recibieron pajuelas de Saladillo, un toro que fue premiado en la Exposición Rural de Palermo y se caracteriza por dar terneros con buen peso final. El próximo paso del proceso será hacer una ecografía dentro de 35 días, para controlar que todo marche en los carriles correctos. Las vacas que no hayan quedado preñadas ahora, tendrán un repaso con alguno de los toros de la cabaña, que cuenta con muy buenos Puros Registrados. Es que con la inseminación artificial, que vienen repitiendo año a año, los Abrate lograron mejorar claramente la genética de su rodeo. Se nota en los terneritos que pastan junto a sus madres, que recuperaron tras mugir un buen rato. Son animales bien conformados, incluso un par ya pintan para buenos toros, a pesar que recién tienen poco más de un mes y todavía ni siquiera fueron destetados.

 


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