Tres puntanos llegaron al pico más alto del Volcán Lanín

Vimos el amanecer desde arriba. Es una experiencia increíble”, dijo Sebastián Mosna, uno de los tres puntanos que llegó al pico más alto del Lanín. Ese día se levantaron a las cuatro de la madrugada. La noche anterior se acostaron a las 21, en un domo, a la mitad del campamento del Parque Nacional. Desayunaron café con leche y tostadas con manteca y mermelada. Necesitaban cargar energías porque los esperaba un largo trecho. Después de armar el equipo obligatorio, cargaron las mochilas, una bolsa de frutos secos, bebida hidratante y salieron. La temperatura era de alrededor de tres grados bajo cero. Algunos no tuvieron fuerzas y se quedaron, otros cedieron a mitad de camino. Al final, cinco llegaron, tres de ellos de San Luis. Además de Mosna,  Jorge Gerónimo y Sergio Frías levantaron los brazos y abrazaron la helada cima del volcán de las nieves eternas, a 3.776 metros de altura.

“Salimos de San Luis el viernes cuatro de febrero a la madrugada y llegamos a San Martín de los Andes ese mismo día a las nueve de la noche. A las diez del sábado fuimos a hacer check in al Parque Nacional. Ahí nos revisaron los equipos para verificar que tuviéramos todo o no te dejan subir. También te preguntan si ya tenés experiencia en montañismo”, contó Mosna.

Eran ocho en total los que iban a hacer cima. Había uno de Villa Mercedes, dos de Buenos Aires y uno de Chile.

“Nos fuimos al refugio que queda a siete kilómetros del parque y llegamos como a las cinco de la tarde. Nos acostamos temprano porque teníamos que estar arriba a las pocas horas para hacer la segunda parte. Desde ahí, son dos mil doscientos metros hasta el pico más alto. Cuando salimos algunos se quedaron porque dijeron que no podían seguir. Dos más se quedaron cerca del final”, relató.

Mosna aseguró que el camino no fue fácil porque es una pendiente de cuarenta y cinco grados y en esta época del año el hielo está descongelado y hay mucha piedra suelta. A pesar de los crampones y botas de treking, el ascenso fue complicado para los entrenados montañistas.

“A las diez llegamos los tres a la cima. A esa hora hacían nueve grados bajo cero pero la sensación es increíble. Nos abrazamos, nos sacamos unas fotos y vimos los paisajes que ofrece el pico de la montaña. Cada una tiene su propia magia”, expresó.

Después del momento de gloria, faltaba la otra parte, bajar y volver al campamento. “Te tiene que quedar resto para volver porque no hacen paradas. Son dieciocho horas caminando sin parar", agregó.

El volcán Lanín está ubicado en el departamento Huiliches, en cercanías de la ciudad de Junín de Los Andes, Neuquén, en el límite entre Argentina y Chile. Está entre los lagos Paimún y Huechulafquen al Sur y el Lago Tromen al Norte y le da nombre al parque que lo contiene, Parque Nacional Lanín.

Jorge Gerónimo es la primera vez que hacía cima en una montaña tan alta. “Me emocioné porque era el más viejo del grupo. Hace cinco años que empecé por un amigo que hacía treking en San Luis. Tengo una vocación deportiva porque siempre hago maratones y ciclismo. Pero nunca había hecho algo así. Sabía que por mi entrenamiento las piernas me iban a dar pero no fue fácil. Parábamos para comer unas frutas secas, hidratarnos, descansar veinte minutos y seguíamos viaje”, contó.

Para prepararse, Gerónimo comenzó dos semanas antes de viajar con un entrenamiento y dieta rigurosos. “Hicimos dos cerros de San Luis, uno Valle de Piedra y otro que está en Nogolí. Tenés que preparar el cuerpo para una larga caminata. A la vuelta llegamos muy cansados, nos costó recuperarnos porque teníamos que volver a trabajar”, expresó y aseguró que ahora quiere escalar el Aconcagua.