En 2014, Graciela y su marido partieron a Mendoza con un anhelo y el dinero para concretarlo. Querían cambiar la camioneta que él usaba para trabajar, pero nunca imaginaron que iban a volver con las manos vacías para enterarse luego que habían sido estafados. Los supuestos timadores pertenecen a una comunidad de gitanos que vive en la zona de Rodeo de la Cruz, y hasta el mes pasado, las denuncias en su contra acusaban estafas por más de tres millones de pesos. Un juez de San Luis citó a declarar a uno de los supuestos embaucadores para esta semana.
Graciela es docente y su esposo albañil, y a pesar de su interés por que su caso se haga público, pidieron reserva de identidad por miedo. En poco tiempo van a cumplirse dos años de que no ven a la persona que les robó, pero siguen recibiendo llamadas extrañas. "Incluso hubo una situación en la que un abogado quiso sacarnos los papeles del vehículo que tenemos ahora”, explicó la mujer.
Más Noticias