“Todo se puede”. Desde que aprendió a hablar, ése es lema de vida de Facundo Cavallaro. Se lo enseñó su mamá, Gisella Quiroga, cuando él tenía tres años. Y el pequeño nunca lo dejó de utilizar. Con esa frase, el niño, que ahora tiene nueve años, le repite a todo el mundo que va a concretar todos sus sueños. El primero de la lista es conocer a su ídolo, el jugador de fútbol Cristiano Ronaldo. El segundo: ser parte de la Selección Nacional Argentina de Fútbol de Amputados. “Facu”, como le dice su mamá, nació sin la mano derecha y la pierna izquierda, sin embargo eso no le impide jugar a la pelota todos los días con sus amigos del barrio. También entrena en un club y compite en torneos contra otros equipos.
“Mi hijo nació con agenesia, que es una condición que se da en el momento de la formación del bebé. Los miembros no alcanzan a desarrollarse. Generalmente es solo una extremidad. En el caso de Facu es una mano y una pierna sin rodilla. Los médicos aún no determinan qué es lo que la produce”, contó Gisella. Desde un comienzo la vida de ambos fue muy activa. El niño hace rehabilitación tres veces por semana y dos días va a natación. Mensualmente también viajan a Buenos Aires para los controles. “Aprendió a caminar con la prótesis cuando tenía un año y ocho meses. Cuando empezó el jardín de infantes le colocamos la ortopedia de mano. Al tercer día llegó a casa y me dijo que no la quería usar más. ‘Mami a mis compañeros no les asusta mi muñoncito, así que soy libre’. Y así es para todo. Decidido y para adelante”, describió la mamá.
Lo que más le gusta a “Facu” es el fútbol. Lo juega todos los días con sus amigos del barrio, y lo practica con otros niños en Fútbol City. Los fines de semana hacen torneos contra otros equipos escolares. Además mira partidos de la liga europea y es fanático del Real Madrid. Especialmente de Ronaldo, al que defiende ante toda crítica. “Este año va a ganar el Balón de Oro. Muchos dicen que es antipático, pero es tímido, porque es el mejor”, remarcó orgulloso. Brillar como el astro portugués es uno de sus grandes sueños, por eso su mamá comenzó una búsqueda por internet, que la llevó a dar con un equipo de futbol mendocino para amputados y luego con la selección nacional de la disciplina.
“A través de un grupo de Facebook de personas a las que les falta alguna extremidad, me contactó un árbitro. Charlamos y nos invitó a Mendoza, donde se disputaba un torneo nacional de jóvenes amputados. Fuimos, y Facu miró el despliegue desde el banco de suplentes. Le dedicaron el partido y le regalaron la camiseta y la medalla. Ese día habían chicos de la Selección Nacional de Amputados, y ahí me enteré que es una de las cuatro mejores del mundo”, dijo. No hizo falta mucho para que el pequeño se entusiasmara, lo único que lo disuadió en un comienzo fue que él no juega sin su prótesis, y el reglamento de la liga nacional exige que sólo pueden utilizarse muletas. Entonces su mamá inició otra búsqueda, y encontró que en un equipo de México, hay un chico que juega con una muleta y sin prótesis. Y que al igual que su hijo, le falta la mano derecha y la pierna izquierda. “Y eso me terminó de convencer. El fútbol es lo que más me gusta y lo voy a lograr, porque mi mamá está conmigo”, contó feliz “Facu”.
Recién puede integrar la selección cuando cumpla 16. Por eso Gisella quiere evaluar las condiciones y las posibilidades para crear una liga de amputados en la provincia. Mientras tanto, el niño continúa con el entrenamiento diario.
La agenesia
La agenesia es la ausencia parcial o completa de un órgano o de un tejido del organismo. En el proceso de formación del organismo (embriogénesis) el tejido afectado no se desarrolla de forma normal. Puede afectar a diferentes zonas del cuerpo. Por ejemplo, una agenesia en los dedos provocará la ausencia de manos o de pies en el momento del nacimiento; la agenesia de un riñón la más frecuente y provoca la ausencia de uno de los riñones. Una agenesia se puede diagnosticar en la ecografía y después ser confirmada en el momento del nacimiento. Dependiendo del hándicap provocado por la malformación, los cuidados ortopédicos pueden ser necesarios así como un tratamiento en un centro especializado.


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