Los manifestantes recorrieron en silencio las cinco cuadras que separan la aseguradora “Liderar” de la plaza Independencia de San Luis, en señal de respetuoso homenaje a Jorge Maturano, el ex combatiente de Malvinas asesinado de un tiro en un asalto. Ayer, al cumplirse un mes del crimen del vendedor de seguros, sus familiares, amigos y veteranos de guerra marcharon hasta el Poder Judicial para pedir el pronto esclarecimiento del caso. Sintieron un trago amargo cuando, al llegar, vieron que los portones del palacio de Justicia estaban cerrados. Sin embargo, Froilán, Francisco y Teresita, padre e hijos de la víctima, respectivamente, entraron al Juzgado Penal Nº 2, y dialogaron con el juez Jorge Sabaini Zapata y el secretario del juzgado, Ariel Parrillis. “Como ya lo hemos manifestado, no descansaremos hasta que haya justicia por mi viejo. Agotaremos todas las instancias. Sólo quiero que quien hace un mes me arrebató a mi papá pague. Vamos a esperar, vamos a confiar (en los investigadores). Sabemos que hay que esperar ciertos tiempos, que hay plazos legales. Pero no vamos a dejar que el caso se enfríe”, prometió Francisco, el hijo mayor de la víctima.
A tono con la reserva que ha mostrado en los últimos contactos con la prensa, Francisco no dio detalles de lo que hablaron ayer puertas adentro del juzgado. “Me pidieron que tratara de no revelar ciertas informaciones, me dijeron que el sumario entró ayer (por el miércoles). Aclararon que no es el primer contacto que tienen con él, ya que han trabajado de modo conjunto (con la división Homicidios de la Policía). Tienen líneas investigativas fuertes, están encaminados”, aseveró el joven, quien pidió disculpas por no poder brindar detalles, para no perjudicar las averiguaciones, según explicó.
Josefina Marolla, la esposa de Maturano y madre de sus tres hijos, participó de la manifestación. Por momentos, lloraba sin consuelo. Sus hijos, Francisco y Jorge Federico, la abrazaban y sostenían.
Los padres de Jorge también hicieron un enorme esfuerzo para estar presentes ayer, en la movilización. Y no es sólo porque están muy delicados de salud, sino, fundamentalmente, porque están devastados anímicamente. Tal es el sentimiento que ambos, Froilán y Gladys, usaron una idéntica expresión para sintetizar su sentir. Aseguraron que el lunes 11 de julio, cuando mataron a Jorge, “les cortaron los brazos”. “Él, desde el cielo, nos da fuerza para que estemos acá y continuemos”, afirmó Gladys, con lágrimas en los ojos y una pancarta en las manos, con la foto de su hijo.
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