18°SAN LUIS - Viernes 26 de Abril de 2024

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Jornada a campo en el planeta Hereford

El establecimiento de Claudio Thyssen presentó la hacienda que va a rematar el próximo viernes al sur de Villa Mercedes. Lució buena genética y gran rusticidad.

Por Marcelo Dettoni
| 08 de octubre de 2017
En pose. Los Hereford mostraron su mansedumbre para la foto de la revista.

Para los que crían ganado Hereford, octubre es un mes especial y muy esperado. Más allá de la gran cantidad de remates de reproductores que se organizan en San Luis cuando llega la primavera, hay uno que todos tienen marcado en el almanaque: el de Antiguas Estancias Don Roberto. La razón es simple, el establecimiento ubicado unos 35 kilómetros al sur de Villa Mercedes tiene el rodeo Hereford más grande del mundo y 80 años de experiencia criando esta raza que es la más difundida en la provincia.

 

 Por eso la previa, cuando muestra la hacienda que luego irá a remate, es un buen momento para solazarse con las líneas de esos animales bien cuidados, genéticamente impecables, un rodeo homogéneo y acorde a las necesidades de los productores puntanos, que requieren de rusticidad y aguante en los duros campos del semiárido.

 

Claro, la recorrida se hace por rigurosa invitación para un grupo elegido de clientes, que suelen ser aquéllos que luego aseguran compras importantes, o bien porque tienen una relación de muchos años con el dueño de Don Roberto o con los de Ganadera del Sur, la consignataria encargada de bajar el martillo. Por eso también estuvieron Muse y Lucas Abdallah, el rematador Miguel Talano y por supuesto, la revista El Campo, para contar todo lo que se vio en una jornada nublada y fría, pero en la que todas las miradas estuvieron puestas en los toros y los vientres de la estancia.

 

A diferencia del año pasado, cuando los toros quedaron para el final, esta vez la serpenteante fila de camionetas que cruzó la autopista 55 desde el casco hasta el campo que está contiguo a la fábrica de tubos plásticos que también es propiedad del holding que encabeza Claudio Thyssen, se encontró primero con los reproductores. Y eran todos puros de pedigrí (PP), los que van a asegurar los precios más altos de toda la subasta. Y después de observar la terminación de esos toros, nadie quiso aventurar a cuánto podría elevarse la cotización si es que las tenidas comienzan a tomar temperatura.

 

El lote había venido hacía apenas tres días de Saladillo, donde Don Roberto tiene su cabaña, llamada "Santa Rita". Ya el entorno natural era admirable: un triticale bien crecido en el cual pastaban con mansedumbre, ajenos a tantos ojos ávidos por verlos de todos lados a través del alambre. Incluso no se inmutaron cuando un equipo de un canal de cable de Córdoba y el fotógrafo de la revista El Campo traspasaron los límites para tomarlos más de cerca. “Son resistentes, buenos para su trabajo y muy mansos, ideales”, comenzó con la "venta anticipada" Luis Clancy, el encargado de todo el negocio (hacienda, agricultura y fábrica de plásticos) y una especie de mano derecha del poderoso empresario alemán.

 

Clancy trabaja hace más de 40 años en la estancia y fue subiendo peldaño a peldaño hasta convertirse en el hombre de referencia. Está bien acompañado por Gonzalo Molina, un ingeniero agrónomo que esta vez se vio obligado a pegar un faltazo porque tenía un curso de actualización en agricultura de precisión, una de las llaves del crecimiento exponencial de Don Roberto a partir de la década del ’90. Por eso Clancy estuvo acompañado por Francisco Gabutti, el joven dueño de la cabaña "La Benedicta", que venderá también algunas cabezas en el remate como invitada.

 

Gabutti es un apasionado de la genética, un estudioso que puede recitar de memoria las líneas hereditarias de cada toro que estaba en el triticale, que por otra parte es una pastura ideal en esta época del año porque tarda en arrancar con el crecimiento pero luego no se encaña y dura más que otros verdeos de invierno. “El toro que va a ser cabeza del remate no está acá porque va a ir la semana que viene (NdeR: estará en la competencia que se desarrollará hoy en la Sociedad Rural) a la Exposición Nacional de Hereford, que se hará en San Luis”, anuncia Clancy despertando cierta desilusión en algunos criadores, que querían ver a una de las figuras de la subasta del viernes 13. Para que por lo menos vayan palpitando de qué se trata ese compendio de fuerza y fertilidad, dejaron el dato de que es hermano del Reservado Campeón de Palermo de este año, un toro que el mismísimo Benetton le compró a Don Roberto por 450 mil pesos. “Viene por la línea de Olvido, tanto de padre como de madre”, agregó Gabutti con la precisión que lo caracteriza cuando habla de líneas genéticas.

 

La cabaña siempre se destacó por la calidad de los toros cabeza del plantel. Por sus manos pasaron Satanás, Saladillo y ahora Olvido, mientras que los Angus que serán cabeza del remate son hijos de Cóndor, uno de los más usados en el país, y de madre que viene por línea genética de Timbre, que a su vez descendía de Karateca.

 

La segunda parada, luego de recorrer unos 300 metros por un camino en perfecto estado, al que ayudaron las leves lloviznas de los últimos días para evitar que se formen guadales, fue para observar de cerca las vaquillonas puras de pedigrí, otra categoría que es de las gemas más preciadas de la cabaña "Santa Rita". Ellas, al igual que los toros, también nacieron y crecieron en Saladillo, donde Don Roberto afrontó serios problemas en los últimos dos años debido a las inundaciones en sus campos, producto de las intensas lluvias que azotaron toda la Pampa Húmeda.

 

No están en triticale, sino en un rastrojo de maíz, en el que lucen una condición corporal envidiable para vaquillonas que están con cría al pie. Otras, en cambio, están a punto de parir, pero eso no les impide moverse con soltura, lo que también llama la atención del auditorio. “Cambiaron los tiempos, antes Senasa obligaba a traer la hacienda 40 días antes, ahora con dos semanas es suficiente”, contó Clancy, quien en voz baja reconoce que hay cierta competencia entre la cabaña bonaerense y los campos de cría de San Luis: “Nos consideran unos salvajes”, dice con una sonrisa.

 

Son vaquillonas de primera parición, con las Hereford producto de toros de la cabaña como Geniol y Titán y las Angus que provienen de tres líneas genéticas diferentes, aunque todas lucen de maravillas. Las coloradas son hijas de Brutal (semen de De Bernardi) por Brigadier, mientras que entre las negras hay algunas de General por Matrix y otras de Network, una línea que vino directamente de los Estados Unidos. Hay vaquillonas negras con un ternero colorado al pie, pero todo indica que hay una consistencia genética.

 

“Mis vacas después de parir se desinflan por unos días, dan pena, y mirá éstas, parece que nunca hubieran tenido un ternero”, se asombra un productor del sur, que no para de sacarles fotos con su celular, mientras pregunta cuáles van a ser las condiciones de venta y de cuántas vaquillonas armarán los lotes. No es el único, varios son los que se arriman a Clancy o al veterinario Enrique Montani para conocer todos los detalles.

 

Un poco más adelante esperan los toros Angus puros controlados (PC), también criados en Saladillo a sillo y rollo, evitando la acidosis por el exceso de maíz. Luego, cuando llegan a San Luis, los ponen a pastar en triticale y les dan silo de maíz para completar la dieta. “Los colorados de 15 meses tienen facilidad de parto”, anticipa Montani, quien también pide poner atención en tres negros de dos años, que andan por encima de los 650 kilos. Todos son muy mansos, algo lógico tratándose de toros que vienen de cabaña. Clancy va recorriendo los grupos de productores y aclara, aunque no haga falta, que “la cabaña nunca se destacó por un exceso de preparación, para nosotros no es lo mismo ir a competir que servir en el campo y sabemos que ustedes quieren estos reproductores para esto último”. Incluso cuando van a la Exposición Rural de Palermo a exhibir sus virtudes, “los demás llegan con 550 kilos y una ganancia de un kilo diario, nosotros no, los hacemos para servir”.

 

Los apartadores se llevan los PC y traen otros Angus, en este caso PP, pero criados a campo, lo cual añade una característica distintiva respecto de los que llegaron de Saladillo. “Son más rústicos, mientras los otros fueron criados a corral y a bozal, pero tienen los mismos padres, por eso esperamos precios similares”, dice el encargado, que remarca que los criados a campo “se adaptan más rápido a los requerimientos de los productores de San Luis. Hay cuatro con facilidad de parto, la mayoría colorados e hijos de Pepino, un toro de De Bernardi que sacó el tercer premio en Palermo.

 

En el lote que está enfrente, todos observan a los toros puros registrados (PR) de dos años, entre los que hay cuatro "ese barra", que desatan alguna discusión típica de hacendados. Están los que defienden la decisión del inspector de la Asociación de Hereford que los destacó con esta categoría y quienes creen que sus ojos ven mejor y marcan otros reproductores que les gustan más. “Mirá aquél de allá, bien ancho y carnicero. Y no es 'ese barra', sin embargo ese color requemado y los ojos pigmentados son de un toro de calidad. Hay PR superiores”, jura un criador de Fraga que no acepta argumentos en contra. Ignacio Roca, un colega de Villa Mercedes, pide por favor que “no le hagan propaganda, ya lo había marcado yo y ahora me va a salir más caro…”. Así es el ambiente de la recorrida, con camaradería, buen humor y la mejor disposición para combatir el frío y el cortante viento chorrillero pasándola bien.

 

Los últimos lotes son de vaquillonas y vacas, comenzando por una VIP preñadas de raza Hereford, todas de 24 meses e inseminadas a tiempo fijo (IATF). Son vientres criados en Trapales y Centenario, los campos que Don Roberto tiene al sur de Fraga, por la ruta 27, camino a tierra ranquel. “Allí el clima es difícil, se alimentan con pasto diferido del verano. Trapales está un poco mejor, pero el otro, más al oeste, tiene condiciones extremas”, describe Montani, quien busca que la parición sea lo más cerca posible de la primavera. “Acá en Don Roberto puede ser tranquilamente en julio porque hay más verdeos de invierno, pero en los otros dos campos, donde hacemos cría y recría de hembras, es mejor extender el período”, agrega el veterinario.

 

También de 24 meses son las vaquillonas VIP y PR para entorar, cien de las primeras y cincuenta de las puras registradas, todas disponibles en el catálogo del viernes. Fueron recriadas en el oeste puntano, por lo que llevan el sello indeleble de rústicas, a lo que Clancy agrega que tienen “fertilidad y genética de punta, con un manejo distinto a las preñadas”. Como el maíz rindió 5.000 mil kilos por hectárea en Centenario, de allí sacan las cabezas de parición, a las que recrían con picado y el cereal. Tienen para reponer 1.500 en ese campo y otras 1.500 en Trapales. A la cola de parición la traen a Don Roberto para recriar, “por supervivencia, para llegar bien”, reconoce Clancy, quien jura que alcanzan el 86% de índice de preñez.

 

Otro lote contiene las vacas con cría de primera parición, también con gran condición corporal a pesar de haber tenido los terneros hace un mes y medio. Son de 3 años, inseminadas a tiempo fijo a los dos. “Fue difícil sacarles el ternero de adentro a algunas, porque pesaron hasta 63 kilos, sobre todo las que son cruza de Angus y Tuli”, cuenta Montani, quien tiene claro que volverán a la cría tradicional, sin tanto cruzamiento. Los mugidos son ensordecedores en este caso, porque no están acostumbradas al público y porque quieren internarse un poco en el campo, aunque allí el monte casi que brilla por su ausencia.

 

Se ven algunas caretas con sangre 3/8 de Tuli que destacan por su color té con leche y el veterinario, que debe hablar fuerte para hacerse oír ante las quejas de las vaquillonas, asegura que arrancaron bien la primera parición, con mucha cabeza. “Se puede correr la parición, pero no van a quedar vacías. Prestamos mucha atención a la cola, les damos todos los cuidados necesarios”, completa. Estos animales están en alfalfa, que es una pastura excelente, pero a la vez tiene mucha proteína, lo que produce cierto empastamiento en las vacas. La solución es simple: ponen urea líquida en el agua para mejorar la digestibilidad.

 

Una característica distintiva de los campos de Don Roberto son los bebederos circulares, diseñados por sus especialistas luego de observar que con los tradicionales las vacas arruinaban mucho el piso. Con éstos, los animales tienen agua fresca permanente, no se lastiman en busca de la punta por donde entra el agua, ni se arruina el suelo en los alrededores. Ante un clima tan árido, con un calor intenso en verano y con un régimen de lluvias acotado, el suministro del agua es vital para el buen desarrollo de la hacienda.

 

El último lote es el de las vaquillonas Angus negras preñadas, que tendrán su ternero al pie en noviembre. “Las van a ver más grandes que las Hereford y es así porque tienen 29 meses, mientras las pampa tienen 24”, aclara Clancy sobre estos vientres nacidos en Saladillo, inseminadas con Pepino, y una excelente genética en sus 450 kilos. En realidad deberían seguir en la provincia de Buenos Aires, pero son parte de las 2.000 que trasladaron a San Luis por los excesos hídricos de aquella zona. Y ahora seguirán por estas tierras, al menos así se desprendía del interés que mostraron los productores por levantar la mano para que Talano les baje el martillo.

 

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