Afirman que cada vez más vecinos solicitan reductores de velocidad
La Secretaría de Infraestructura municipal tramita hasta seis pedidos mensuales.
"Algunos los pide la gente y otros salen por ordenanza luego de su aprobación por el Concejo Deliberante. Cuando es por solicitud, enviamos a un equipo de inspectores para indagar si es factible la colocación porque puede haber un semáforo cerca o a veces la calle no lo amerita. Previamente hacemos un estudio", dijo Picco, quien agregó que mensualmente tramitan hasta seis expedientes con pedidos de los vecinos.
Actualmente, la Comuna trabaja en la instalación de reductores en los barrios de las 500 Viviendas sur (zona del bulevar) y las cuatro mil Viviendas, en el sector de la segunda y tercera rotonda, donde son pocos los automovilistas que respetan las máximas de velocidad establecidas.
"El montaje está terminado en una jornada pero conlleva un trabajo previo que consiste en ir hasta la zona con las cuadrillas, las máquinas y distribuir el hormigón en una fila que corte la calle, que hay que esperar tres o cuatro días hasta que quede firme y recién ahí podemos atornillar el reductor al asfalto", explicó Picco.
Aunque es mayoritaria la falta de señalización que advierten sobre los "lomos de burro" distribuidos por toda la ciudad, dijo que los nuevos (de caucho) vienen con las advertencias correspondientes, con sus partes pintadas alternadamente de negro y amarillo, como también con ojos de gato integrados para su visualización durante la noche.
La falta de mantenimiento de las indicaciones son notorias, por ejemplo, en las rampas de cemento ubicadas en las esquinas de las calles Bolívar e Hipólito Yrigoyen, Almirante Brown y Chile, como también las dos instaladas sobre la cuadra de Chile, entre las avenidas España y Ejército de los Andes.
Además, fueron varios los automovilistas y conductores de motos que pusieron el grito en el cielo con la colocación sorpresiva de un reductor de velocidad en la esquina de las calles 25 de Mayo y Chacabuco, que según indicó Picco, "fue por un oficio del Juzgado de Faltas Municipal", que funciona en esa misma intersección.
"Cuando pavimentamos las cuadras los vecinos que viven en esas calles nos piden que pongamos al menos dos reductores, uno en cada extremos. La demanda es en todas las zonas de la ciudad", sostuvo el titular de la Secretaría de Infraestructura del Municipio capitalino.
Accidente fatal en moto
El 30 de setiembre, Mario Lucas Rodríguez de 31 años, circulaba por la calle América en Juana Koslay; donde se topó con un "lomo de burro" que no estaba señalizado. El obstáculo de cemento hizo que el joven perdiera el control e impactara contra un poste, produciéndole heridas serias. Murió el día después en el Hospital San Luis.
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