Cinco mercedinos criticaron la falta de controles en el show del "Indio" Solari

Pasan los días pero la noticia aún conmueve. El recital que brindó Carlos "Indio" Solari el sábado en Olavarría, ante 300 mil personas, es un tema recurrente sobre todo para quienes estuvieron ahí y vivieron a flor de piel la fiesta ricotera, el pogo más grande del mundo, la desorganización en los accesos e ingresos, y el terrible desenlace de dos personas fallecidas. Julio "Manolo" Maiztegui, Nadia Segura, Guillermo Isaguirre, Gonzalo Núñez y Camila Ortiz contaron cómo fue el show y qué sensación tuvieron al pegar la vuelta. 

 Manolo, Nadia y Guillermo viajaron en uno de los colectivos que dispuso la radio Dr Rock. Partieron de plaza Sarmiento, el viernes a las 22 y llegaron al otro día a las 9. Al predio ingresaron alrededor de las 19, y allí fue donde observaron la primera irregularidad. "No me cortaron el ticket y nadie me cacheó, no es habitual eso, en los recitales anteriores no pasó. Históricamente, en los shows del Indio, en el segundo o tercer tema las puertas se abren así se evitan desmanes, también se hizo y entraron 50 mil personas. Estaba en la mitad del predio y se sintió el apriete, desde allí percibí que había demasiada gente", relato Maiztegui.

Pero no fue lo único que les preocupó. "Cuando paró los temas, nos percatamos que algo pasaba, él gritaba arriba del escenario pero se filtraba su voz por los parlantes y sabíamos que algo sucedía, aunque no sabíamos qué", agregó.

Al finalizar el recital, la masa se dirigió a la puerta pero el acceso aún estaba vallado. "No estaban habilitadas las salidas y en ese momento me asusté, antes de eso la pasé bárbaro. Ibas para un lado y el otro y no podías salir. Fue una falla de la organización. Salí enojada porque me faltó más, me quedé con ganas de saltar, de bailar. En el momento interpreté que se había enojado porque hacían pogo y no lo levantaban al chico, eso era raro también que nadie lo levantara al chico. Cuando me enteré de los dos muertos entendí porqué bajó los decibeles de las canciones. Pero no voy nunca más si vuelve a tocar, no se lo merece", manifestó Nadia ofuscada.

Por el contrario, Gonzalo y Camila lo vivieron como una fiesta. El joven de 19 años lo escucha desde los 14 y éste fue su cuarto recital, anteriormente estuvo en Gualeguaychú y dos veces en Mendoza. Para su novia, en cambio, fue el debut en las "misas" ricoteras. "La pasé bien y me gustó, no me sentí incómoda, ni me faltaron el respeto, no vi problemas", dijo. 

Gonzalo contó que en ninguno de los shows anteriores faltó seguridad y cacheos como ocurrió en Olavarría. "No se vieron policías ni controles, ingresamos cerca de las 21 y no nos revisaron, cualquiera podía entrar con lo que quisiera. Es el primer recital que veo que toda la gente entra y sale por un único lugar. Pero el Indio no tiene nada que ver, él hace recitales, tienen más que ver los organizadores, debieron prever que iba a ir tanta gente", reprochó. Sin embargo, confesó que volvería a ir. "Ojalá que haga otro show. No me quedó un sabor amargo. Creo que muchos lo toman como una fiesta pero otros se aprovechan y hacen daño", sostuvo.

El foco de los medios nacionales en el estilo de vida de Solari fue el mayor cuestionamiento para Guillermo. "Los que vamos a ver al Indio tenemos una determinada ideología, él se planta como un contrasistema al neoliberalismo capitalista. Por eso no lo quieren. Ahora están todos en contra de él pero por lo que representa: el marginal, el desclasado, el vulnerable, el que está sufriendo los embates de esta política neoliberal", sintetizó.

Aún así, aseguró que deberá rendir cuentas a la Justicia. "Él y nosotros sabemos que hay responsabilidades penales. La organización fuera y dentro del estadio no fue buena. Dos muertos en ese contexto, capaz la sacamos barata porque no había los baños químicos necesarios, ni policías, paramédicos, bomberos, un abandono absoluto del Estado municipal, provincial y nacional, por la cantidad de droga que había, es como que lo dejaron solo porque algo iba a pasar. Me volví con una sensación de angustia, como cuando tenés toda tu boda planeada pero al final se pudre todo", opinó Guillermo.