“En Saladillo estamos tristes y consternados”

Uno de los relatos que ayudó a completar el trayecto que realizó el Renault Megane Negro, que según los pescadores, conducía el padrastro de Florencia Di Marco, fue el testimonio del intendente Daniel Camilli, quien aseguró que durante la madrugada del miércoles se levantó a llevarle agua a su esposa para que tomara unos medicamentos. Explicó que observó desde una ventana de su casa, que está a trescientos metros del puente, cómo se acercaban las luces del vehículo, el momento en que se detuvo y cuando salió a toda velocidad, con el “motor forzado”.   
“En el transcurso de las horas, después de que Erica Pallero y su primo encontraran el cadáver de la nena, y el episodio dejara de aturdirme un poco, recordé que durante la madrugada me desperté para atender a mi señora que acaba de dar a luz a mi hijo”, relató, y siguió: “Eran más de las cuatro de la mañana. Escuché el motor y vi las luces de un auto. Desde mi casa se ve el puente, salvo ese lugar en el que tiraron el cuerpo, justo unos árboles me tapan la visión. Me llamó la atención todo, porque es raro que haya movimiento, a esa hora, nunca hay nadie”. Cerca de ese puente, a escasos cien metros, hay viviendas. 
Camilli contó que lo primero que pensó fue que se trataba de un abigeato, “que tampoco es común, pero se me vino eso a la cabeza. Percibí que el vehículo no terminaba de pasar. Me imaginé que el conductor se había detenido en el puente a orinar. Unos segundos después escuché que arrancó de manera violenta, porque ponía los cambios rápidamente, con el motor forzado, acelerando, iba muy rápido. Salí hacia la calle para ver qué vehículo era, ya que venía desde el norte, como desde el paraje Los Membrillos, de la zona del dique; pero ya había pasado y noté que salió en dirección hacia la ciudad”.  
El jefe comunal indicó que estaba atónito. “Le conté a la Policía todo esto, me especificaron que debía declarar. Cuando fui al juzgado me encontré con tres chicos que estaban pescando y que habían visto lo mismo que yo, en los mismos horarios y el mismo día. Me contaron que llevaba el vidrio abierto, que el conductor los miró y que aceleró el auto. Seguramente conocía el dique, pero no la zona porque en el apuro la tiró acá en el puente. Aparentemente estaba solo”, explicó, y agregó que después supo que la policía había chequeado que ese mismo auto había pasado por el peaje unos minutos más tarde. 
“Soy padre y una de mis hijas tiene la misma edad que la pequeña, estoy muy triste. Todo el pueblo lo está. Tengo mucha bronca. Encontrarla así fue lo peor que me pasó: verla ahí tirada, desnuda, no sabíamos si había sido abusada, pero nos imaginamos que sí por los signos de violencia que presentaba. No necesito ser forense para darme cuenta a simple vista de lo que estaba pasando”, afirmó.
Saladillo es un pueblo tranquilo, en el que todos se conocen. “Estas cosas no pasan acá y que un desconocido nos haya arrastrado a esto nos pesa a todos. La nena no era de aquí, pero nos afectó muchísimo. Estamos todos muy consternados y conmocionados. Porque además este tipo de cosas no son para nada frecuentes en un pueblito como el nuestro, gracias a Dios. Hubo una marcha el viernes, los vecinos están en alerta. Pero es algo que no ocurrió en Saladillo, es algo fortuito que llegara hasta acá a arrojar el cuerpo de la nena”, lamentó Camilli, quien contó que justo a unos cinco metros del terraplén en el que estaba Florencia él había pintado personalmente un mural con el dibujo característico de la lucha contra el femicidio más el hashtag #NiUnaMenos.  “Qué contrariedad”, expresó.
Para Camilli el tiempo se detuvo exactamente a las 18:39 del jueves, cuando comenzó la pesadilla para Erica, la vecina que encontró el cuerpo de la nena sobre el terraplén del puente de la ruta provincial Nº 41. “Ésa fue la hora de su llamada de auxilio que quedó registrada en mi celular”, dijo el jefe comunal, que aún dos días después del hallazgo, estaba consternado, dolorido, aturdido, con bronca y con una necesidad imperiosa de contar lo que vivió. Las mismas sensaciones que tuvieron los vecinos de Saladillo. 
“Enseguida salí hacia el puente, con el oficial Guillermo Ortiz llegamos al mismo tiempo. Hicimos lo mismo que Erica y su primo, nos asomamos. La encontramos boca abajo a la criatura fallecida. No habían pasado más de tres minutos cuando recordé que había leído en El Diario una nota en la que informaban que había una chiquita desaparecida. En la nota decían que tenía una campera azul, que era morocha, y su contextura física era de la misma edad a la que informaban”, explicó el jefe comunal. “Relacionamos todo. Me di cuenta de que había muerto porque estaba absolutamente inmóvil, con las muñecas moradas, tenía varias lesiones y no respiraba. Lo veíamos con claridad porque la distancia que existe entre la baranda y el lugar en el que estaba es de sólo dos metros. Se ve que la tenía atada con cintas, porque se le veía en las manitos el resto del pegamento. Además no era fácil acceder desde arriba, ahora han limpiado, pero estaba lleno de ramas”. 
La escena se completó cuando llegaron los oficiales, cortaron el tránsito, pusieron conos y cintas para preservar la zona, más tarde arribó la jueza, los bomberos y el médico forense. Había que estar seguros de que era ella. “Felicito a la Policía y al Gobierno, que actuó de una manera eficaz y rápida. En pocos minutos estuvieron todos acá. Lamentablemente esto nos enluta a todos los puntanos, fui el tercero en llegar y estoy de acuerdo con Erica en que esa imagen será difícil de borrar”.