Al pie del arco que da la bienvenida al camino de la cruz una pareja de la tercera edad con su perro, admiraban el lugar. "Tenía muchísimas ganas de conocerlo y se me dió", exclamó Juana. Tuvo poliomielitis a los 6 meses, lo que la destinó a una vida en muletas y en silla de ruedas. Con 74 años recién cumplidos Juana vive su vida plena en compañía de su marido Pedro y su perra Muleta. "Dios me dió un desafío muy grande en mi vida. Yo le clamaba al Señor porque vivía muy solita, le pedía que me diera un compañero, uno bueno y me lo puso ahí. Ahora cumplimos 10 años juntos", recordó. Hace un año se casaron, y se fueron de Luna de Miel a Catamarca. Pedro contó las dificultades de conseguir el hotel que acepten perros, ya que Muleta los acompañaba siempre.
La hija de Pedro la quiere a Juana “como si fuera su mamá”, y ese cariño brindado le empaña los ojos. Lo que siempre buscó, lo encontró en esa nueva familia que le brindó su amor y su apoyo incondicional.
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