Un especialista destacó la riqueza arqueológica que tiene San Luis

Con treinta y siete años, Guillermo Heider, un arqueólogo de Villa Huidobro, investiga el suelo de San Luis, con la misma energía y curiosidad de un niño de cinco. Forma parte de un equipo de quince investigadores y se quedó a vivir en San Luis atraído por la riqueza científica. “La conjunción entre la llanura y lo andino pone a la provincia en un lugar muy particular, porque hay mezcla de muchas cosas, pero además le dan identidad propia”, explicó y agregó que hace cinco años, exploró el sur para realizar su tesis doctoral y que trabaja con tecnología lítica, sus fuentes de procedencia y la gestión tecnológica de los artefactos, como herramientas de piedra elaboradas con diferentes tipos de rocas y minerales.

“Encontramos muchos objetos de la constitución de los pueblos originarios de San Luis. Lo que más se destaca es el arte rupestre, que no es mi especialidad. En la zona de Lavaisse, Nueva Escocia o Las Isletas, fuera de lo que ya estudiamos de los ranqueles, no se sabía nada porque no habían investigado”, dijo y aseguró que halló objetos de hace ocho mil años, “en este lugar había instrumentos tallados en piedra y en vidrio. Nosotros denominamos a esos objetos como 'raspadores' o 'rederas', y son similares a los cuchillos actuales, porque tenían filo. Trabajaban mucho cuero y madera, pero ese registro no se preserva por las condiciones climáticas. A partir de esto podemos reconstruir la idea de cómo vivían o realizaban sus tareas”.

Heider actualmente estudia para especializarse en técnicas de geoarqueología, “porque quiero trabajar con el oeste, las zonas áridas tienen condiciones particulares para cazadores-recolectores y muestran cosas que en otros lugares no se verían. Mejoran sus tecnologías a niveles que no han sido vistos en otros lados. Yo voy a trabajar eso en el oeste. En esto la provincia es muy especial, posee condiciones particulares y es muy  interesante”, expresó y afirmó que son muchas las características del territorio puntano que lo motivan a quedarse, algunas de ellas son “las universidades; el Ministerio de Ciencia y Técnica; es activa en cuanto a la devolución de las tierras a los pueblos originarios. Entonces para mí, es muy rico esto. Es linda para vivir. La gente es súper amable. Hay una conjunción de cosas: líneas de trabajo nacionales y provinciales; más una cuestión de límites que terminan confluyendo en entidades locales que son interesantes”.

Nada es casualidad, Guillermo reside en San Luis porque el pueblo en el que se crió  queda cerca. A los diecisiete años se fue a estudiar a La Plata. Se recibió de licenciado en Antropología con orientación en Arqueología; y su tesis doctoral hizo que aterrizara en el sur provincial. “Fue hace unos cinco años y era sobre 'Cazadores recolectores del sur de Córdoba y de San Luis'. Estudié el pueblo en el que nací hacia el oeste, casi hasta el río Salado; la línea que va desde Nueva Galia hasta La Maroma; la del medio, que va desde Buena Esperanza, hasta Batavia y Nahuel Mapá; y finalmente la norte, que sería desde la ruta N°11, cerca de Justo Daract, hasta Alto Pencoso”, contó y siguió: “Es súper interesante conocer la zona porque hay poca agua, entonces quería saber cómo vivían, y considero que se las arreglaban muy bien. Después me presenté a una beca postdoctoral del Conicet y decidí no sólo investigar sobre San Luis, sino vivir aquí. Uno está más cerca de las políticas, de los Municipios y sos más ubicable si te quieren hacer una consulta”, concluyó.