Como un antiguo vecino que vivió un tiempo, se fue y volvió a los pagos, Juan Palomino caminaba por el bulevard Illia hacia plaza Pringles, con destino al café Aranjuez. Sabiendo que venía a la ciudad, avisó a algunos amigos locales para tomarse un café y ponerse al día.
Durante la marcha resaltó los cambios que detectó en el microcentro, recordó ciertos bares y espacios que conoció en su estadía, mientras filmaba películas o la serie de televisión “Sálvame, María”, y lamentó el cierre de otros, en particular la reciente del reducto rockero local. “Es una pena que cierre Panacea, formó un circuito muy fuerte con bandas reconocidas y del under, y era la resistencia que tenían ustedes para mostrar su música… ojalá alguien lo siga o encuentre otro espacio similar” deseó el actor, negando con la cabeza.
La excusa de Palomino en la provincia se dio en el marco de la 3º edición del Festival Internacional de la Palabra en Escena, con una charla en el Centro Cultural José La Vía con actores y artistas puntanos para tratar la actualidad de la profesión, ya que como delegado sindical de la Asociación Argentina de Actores, recorre el país para conocer sus inquietudes y tratar de darle soluciones a esos problemas actuales.
“El cine y la televisión me permitieron conocer la idiosincrasia de la gente de San Luis, además de su geografía, la he pasado muy bien cada vez que vine” dijo Palomino, ya que además de la novela “Sálvame, María” actuó en los filmes “Martín Fierro”, “La revolución es un sueño eterno” y “Huellas del tiempo”, lo que le permitió vivir durante meses en la provincia.
Con una cadena que colgaba del cinto al bolsillo del jean, y un chaleco debajo de la campera, coronaba su frente un pañuelo rojo que controlaba su inquieta cabellera, destacó que “hay una generación de directores que me llaman para actuar desde lo físico” recalcó sobre el look rockero que siempre cultivó, y por el que los hermanos Sardelli lo llamaron -junto a Florencia Torrente- para protagonizar los clips “Huracán” y “Cicatrices” de luchador de peleas clandestinas, “me la pasé bien”, confesó detrás de sus anteojos negros.
La experiencia de las películas “Diablo” y ser Nafta Súper en “Kryptonita” (que tuvo un spin off por Space) le dio el entrenamiento necesario. Su vozarrón fue claro cuando declaró que siempre es bueno volver a San Luis para “encontrarse con el clima y la geografía, y tener la oportunidad también de charlar y recordar momentos con los amigos que están acá”, dijo mientras saludaba con la mano a un automovilista que lo reconoció y le tocó bocina. Lo esperaba una ronda de café en el centro puntano.


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