Compatibles al 100%: Aníbal recibirá un riñón de su mujer

El pasto estaba congelado, se podía notar el hielo, indicio que una helada había caído la noche anterior. Eran alrededor de las 10 de la mañana y las mujeres ya estaban armando las empanadas y prendiendo el fuego para calentar los discos. Recién colocaban los pollos y los chorizos de puro cerdo en la parrilla. Y las bebidas ya comenzaban a enfriarse en una tina cubierta de hielo. De a poco, los caballos comenzaban a llegar en los trailers tirados por camionetas o autos. Así comenzaba la previa del festival hípico a beneficio de Aníbal Villegas, un comisario de El Trapiche que fue diagnosticado con insuficiencia renal crónica. Su familia, amigos y compañeros de la Comisaría 17º organizaron el evento para recaudar dinero para costear los gastos del trasplante. El diagnóstico del comisario movilizó a la localidad. Pero la intervención no hubiese sido posible sin el acto de amor de su pareja durante 16 años. Aníbal será operado en el sanatorio Allende, en Córdoba. La donante será su esposa, Florencia Alfonso, de 31.

A mediados de noviembre del año pasado la vida de Aníbal, de 41 años, cambió. Comenzó con  dolores de cabeza y problemas de presión. Después de hacerse algunos estudios, el diagnostico no fue alentador. Sus riñones no funcionaban. Un mes después comenzó con sesiones de diálisis. Los médicos le comunicaron que iba a tener que hacerlo de por vida, la otra opción era un trasplante. Y la donante estaba a su lado, desde hace 16 años. Su mujer no dudó y se ofreció, no lo pensó ni un segundo. Si existía la posibilidad y eran compatibles, ella le daría un riñón al padre de sus hijos. Y lo fueron. Mañana viajarán a Córdoba para conocer la fecha para el día de la cirugía. Después de la intervención deberán estar más de un mes para los controles diarios.

Fue un acto de amor, impagable e imposible de encontrar las palabras para agradecer. Así definió Aníbal al ofrecimiento de su pareja. “Quedé shockeado porque no esperaba un gesto así. Nos conocemos de toda la vida porque crecimos en el mismo pueblo”, manifestó Aníbal emocionado.

 

Aníbal recordó que era una noticia que no esperaba. “Fue impensado, imprevisto. Estaba en casa  y me dolía un poco la nuca así que me llevaron al centro de salud, me tomaron la presión, me colocaron unas inyecciones y me derivaron a La Toma. Después en San Luis estuve dos días en shockroom hasta que lograron estabilizarme la presión. Me hicieron unos estudios y la uremia y creatinina me salen con niveles muy altos. Así que me recomiendan una biopsia para saber por qué mis riñones no estaban funcionando. Los resultados mostraron que tenía obstruidos los vasos sanguíneos que ingresan a los riñones por la presión alta”, contó Aníbal.

El jefe de dependencia de la Comisaría Nº 17 está casado hace 6 años y tiene dos hijos, Valentina de 11 y Felipe de 5. Nació a 54 kilómetros de San Luis, en Saladillo.

“Mi vida cambió porque fue un golpe bajo. Me costó acostumbrarme pero tuve mucho apoyo incondicional de mi familia y de mis compañeros de trabajo en la comisaría. Siempre me llaman por teléfono, me visitan y me alientan para continuar adelante”, mencionó.

Su tío, Martín González, fue un pilar fundamental para que Aníbal pudiera seguir adelante. “Queríamos ayudarlo de alguna forma. Apenas nos enteramos de su enfermedad, nos pusimos mal porque no lo esperábamos. Después, cuando nos enteramos que Florencia le iba a poder donar un riñón, nos sentimos aliviados”, recordó. El encargado de la parrilla del festival mencionó que nunca lo dejaron solo y eso lo ayudó a sobrellevar el diagnóstico.

En diciembre comenzó a hacer diálisis tres veces a la semana- martes, jueves y sábados- durante cuatro horas-. La única opción para no seguir con las sesiones era un trasplante de un donante cadavérico o vivo. Cuando el médico le dio la noticia, estaba con su señora. “Yo voy a donarle un riñón a mi marido”, dijo Florencia.

“Después de que le hicieron la biopsia, estaba muy pendiente y no dejaba de llamar al médico para preguntarle si tenían novedades. Mi marido es hijo único, sus padres ya son grandes y no tenía otra posibilidad. Además, mi mamá le donó un riñón a su hermano hace 16 años y ella esta re bien. Así que me dije '¿por qué no?', cómo no darle  a mi marido la posibilidad de tener más vida”, expresó.

Fue un acto de amor, impagable e imposible de encontrar las palabras para agradecer. Así definió Aníbal al ofrecimiento de su pareja. “Quedé shockeado porque no esperaba un gesto así. Nos conocemos de toda la vida porque crecimos en el mismo pueblo”, manifestó Aníbal emocionado.

El 1º de marzo comenzaron con el prequirúrgico. Después de los análisis  generales, el siguiente paso era saber si los dos eran compatibles. Impacientes, esperaron los resultados. Y fueron positivos. El martes viajaran a Córdoba para una consulta con el urólogo para saber cuándo será la fecha para la cirugía.

Buen jefe, apasionado por su trabajo y solidario fue la definición de sus compañeros de la comisaría de El Trapiche. “Nos pusimos de acuerdo para organizar la carrera. Nos ayudaron desde el intendente hasta los comisarios de otras dependencias. Aníbal es una persona muy arraigada a su labor, tiene un compromiso con él. Por eso decidió volver, porque siempre quiere ayudar”, aseguró Oscar Salinas, policía.

A Aníbal podrían operarlo en julio o en setiembre, dependiendo de la disponibilidad que tengan para la intervención en un centro privado de Córdoba. Después de eso, deberá estar junto a su señora cerca de 40 días para los controles diarios. “Queremos alquilar un departamento porque es más seguro para él que un hotel. Además así podemos estar con nuestros hijos, todos en familia”, mencionó María.