Rápido y furioso: un viento fugaz dejó destrozos y árboles caídos

El viento revolucionó las calles mercedinas que venían acostumbrándose al calor preprimaveral. Poco antes del mediodía, ráfagas que alcanzaron los 40 kilómetros por hora (según confirmaron desde la estación Meteorológica Villa Reynolds) dejaron un saldo de árboles caídos, voladuras de chapas y hasta roturas en los comercios del microcentro. Aunque desde Defensa Civil confirmaron que no hay alertas por vientos fuertes, aseguraron que las ráfagas de esa magnitud son normales a esta altura del año. 
Frente a la sede del PAMI, por donde circulan cientos de jubilados al día,  una chapa de un metro ochenta de largo, se desprendió del techo de uno de los locales que está ubicado sobre la calle Dagnilo 24 y aterró a los vecinos que transitaban cerca de las 11 de la mañana. 
"Recibimos un llamado al sistema de reclamos y nos advirtieron sobre unas chapas que se encontraban sobre uno de los transformadores de luz. Cuando llegamos, cerramos la calle para evitar heridos, llamamos a los bomberos y ellos vinieron de inmediato", contó Rubén Benito, integrante del cuerpo de Defensa Civil. 
Los bomberos de El Fortín subieron al techo de la vivienda y con mucho cuidado retiraron la plancha de metal. "Tuvimos algunos problemas porque el viento era muy fuerte, hasta se nos cayó la escalera con la que estábamos trabajando. Por suerte no lastimó a nadie y pudimos seguir trabajando. Controlamos que la chapa no tocara ningún tendido eléctrico y la bajamos despacito hasta que quedara todo en orden", detalló Claudio Castro, uno de los jóvenes de El Fortín que participó del operativo. 
Mientras las cuadrillas de ambos organismos de rescate se encontraban en plena tarea, se escuchó un estallido a los pocos metros del lugar.  El ruido fue producto de una puerta de vidrio de la heladería "Lomoro" ubicada en Pedernera y Dagnilo, que por la fuerza de las ráfagas, cayó al piso. La empleada del comercio, que no quiso dar su nombre, dijo que "la puerta estaba cerrada y se desprendió de la nada". 
Defensa civil tuvo que volver a cerrar la calle pero no pudo quedarse por mucho tiempo. A los cinco minutos de que la puerta de la heladería quedara hecha añicos, los rescatistas recibieron otra alerta en el barrio Estación y en la intersección de  Betbeder y Balcarce. En esta última dirección no fue más que un susto mientras que en la Estación, se encontraron con un árbol caído sobre la vereda. No hubo heridos en ninguno de los dos casos. 
Benito pidió a los vecinos que si "ven que hay chapas sueltas o elementos que pueden volarse con el viento y son peligrosos, que avisen de inmediato. Sobre todo le pedimos a la gente que está trabajando en obras que no deje materiales sueltos y que tenga precaución".