Los jóvenes no reparan en gastos para la semana del estudiante

Casas y cabañas reservadas hasta con cinco meses de anticipación, elevados precios de alquiler y grandes cantidades de comida. Así se puede resumir el comienzo de la semana del estudiante en El Trapiche, donde hasta ayer a las 20 habían ingresado alrededor de 23 mil jóvenes, según cálculos de la Policía.

En promedio, alquilar una cabaña en la localidad cuesta entre 500 y mil pesos la noche. Un caso sobresaliente lo constituye un grupo de 20 chicos del Colegio Santo Tomás que pagó 130 mil pesos por una semana en un complejo de cabañas. “Además tenemos un seguro por si rompemos. Eso nos costó cinco mil pesos, que nos va a ser devuelto si dejamos todo intacto”, explicó Agustín Testa, estudiante de sexto que se encontraba asando largas tiras de chorizos en una parrilla. “Cada uno tiene su función -indicó-. Hoy me tocó cocinar. El que se encarga de comprar la comida no limpia y viceversa. Éste es nuestro último año, por eso decidimos hacer el gasto. Y valió la pena”, sostuvo.

Por el contrario, el alquiler más barato lo pagó un extenso grupo de más de 150 chicos de una promoción de la Escuela Nº 3 “Carlos Juan Rodríguez”. Abonaron 350 pesos por noche por persona en un complejo de cabañas llamado “El Cordobés”.

Los precios a pagar en carpas y habitaciones de campings son menores. Tomás Jorge, estudiante del último año en el Colegio Nº 5 “Ingeniero Álvarez Condarco” aseguró que junto a sus compañeros pagan 500 pesos por noche cada uno para quedarse en una cabaña del "Complejo Schmid".

“Hoy comemos pollo al disco, pero también tenemos para hacer asado, pizza, tarta y otras cosas más”, mencionó Franco Fuentes, mientras su compañero Edgardo Rosales revolvía una gran olla fabricada con un disco de arado y en la cual flotaban y se mezclaban hirvientes y humeantes trozos de verduras y presas de pollo. Los chicos se alojan junto a cuatro compañeros del Colegio San Luis Rey en una casa propiedad de la familia de Fuentes.

“Tomamos, jugamos a las cartas, paseamos y nos sacamos un montón de fotos” dijo Julieta Torres, estudiante del Instituto San Marcos de 18 años, que junto a 17 compañeras de curso se hospedaron en un complejo de cabañas de la localidad turística junto a 60 chicos de otras promociones. Su compañera, Ana Moyano, de 17 años, señaló: “Tuvimos que alquilar en marzo porque si no, después no hay nada disponible. Llegamos el viernes pasado y nos quedamos por una semana”.

Santiago Vanni tiene 17 años y es alumno del sexto año del Colegio Nacional “Juan Crisóstomo Lafinur”. Su promoción, como varias otras que concurrieron a El Trapiche, se compone de un nutrido grupo de alrededor de 140 estudiantes. “Ocupamos once o doce cabañas desde el sábado y nos quedamos hasta el jueves. La pasamos muy bien. Si la fiesta sigue, nos quedamos levantados hasta las siete u ocho de la mañana. El problema es que no se puede dormir mucho. Alguien siempre empieza a molestar con la música y te despiertan”, manifestó.

La música también ocupa un lugar central durante la semana de festejos. En el valle se hace oír el estruendoso eco de los ritmos tropicales: reggaeton, cumbia y cuarteto. El rock nacional les sigue un poco por detrás. "Escuchamos sobre todo lo que es bailable", sostuvo Martino La Malfa, de 17 años.

"Traemos un parlante grande que tiene uno de los chicos y ponemos música con el celular. Lo que más se escucha es la cumbia, aunque a mí mucho no me gusta", admitió Juan José Granados, de 17 años.

Un grupo de cuatro chicos sentados sobre un tronco a la entrada de una carpa verde y violeta en un camping privado aseguraron: "Acá sólo se escucha rock. Nacional o internacional, el resto no nos va".

Nota: Fabricio Billiardi