Los bares prefieren la "atención personalizada"

Nada cambió para los discapacitados que quieran tomarse un café en la capital. En un segundo relevamiento, tras seis meses, El Diario de la República volvió a visitar 15 restaurantes y bares de la ciudad de San Luis para saber si eran accesibles. Una vez más, sólo "Havanna" presentó una carta en Braille, mientras que en cuanto rampas, sobre avenida Illia, sólo "Crocafé" y "El Nonno" tienen sus pisos al nivel de la vereda, algo que se replica en "Aranjuez", "Café Martinez", "Kahuna" y "Balcarce" sobre la peatonal.

Todos los comercios consultados -a excepción de "Francesca" que prefirió no dialogar con El Diario- apuntaron que la atención cara a cara es su opción personalizada. Es decir, si ven a alguien con una discapacidad, se acercan y uno de los mozos lo ayuda y hasta le lee la carta y lo que ofrecen.

La mala predisposición no es algo que se dé con los discapacitados. En "Say No More" aseguran que tienen tres clientes no videntes asiduos. Mientras que en "Irish", al momento de hacer el relevamiento, atendían a un hombre en silla de ruedas, con gran predisposición.

La falta de rampas en los locales sobre avenida Illia es apabullante. "Say No More" tiene dos escaleras anchas para ingresar, mientras que en "Gurugú" hay dos niveles contiguos de escalas una vez que se ingresa. "Scherlock", "Niña Bonita", "9 Geishas", "Buteurs", "La Rosa", "Laterne'' y "Española Way", ninguno tiene un acceso sin dificultades para los minusválidos.

En "Say No More" afirmaron que se los atiende en las mesas de afuera, aunque admiten que no suelen tener muchos clientes con discapacidades motrices. En "Buteurs", en cambio, dijeron que tienen un comensal fijo en silla de ruedas y que lo atienden en las mesas de afuera. Resta saber cómo los reciben los días de bajas temperaturas.

En otros comercios como "Crócafé", "Buffet" e "Irish", marcaron que la carta es limitada. No tienen servicio de restaurante, por lo que los pedidos son fáciles de atender. Un café o quizás una pizza. 

La ausencia de rampas podría deberse a una cuestión económica, según indicó Andrés Speroni, uno de los encargados de "615", un recientemente inaugurado bar sobre la peatonal. Argumentan que al alquilar el lugar, no pueden edificar rampas o baños para discapacitados.

Entre tres empleados y luego de un tiempo de revolver entre papeles, en "Havanna" presentaron una vez más, la única carta de Braille que pudo identificar este matutino. "En un tiempo más la vamos a actualizarla. Hay platos que faltan", apuntó uno de los encargados.

A eso hay que agregarle que también tienen un baño para discapacitados, con la salvedad de que queda en el primer piso. Pero por poner un ejemplo cercano, en "Café Martínez", deben valerse del baño de un hotel contiguo para los clientes con movilidad reducida.

Consultado sobre por qué creen que son el único bar con carta para discapacitados, el empleado se animó a decir: "Supongo que tratamos de tener la mejor atención posible para nuestros clientes". Casualmente "Havanna" no tiene rampa. "Ya estamos acostumbrados. Abrimos la puerta contigua y metemos a la persona en silla de ruedas de espaldas", detalló. Buena atención de los empleados; falta de regulación del estado municipal que reglamentó en 2013 la implementación de las cartas en Braille entre otras ordenanzas; y los clientes con discapacidades que pierden independencia al visitar lugares poco accesibles. Así son los bares de San Luis.