15°SAN LUIS - Jueves 18 de Abril de 2024

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A Vergés le robaron al menos 800 animales, según la Policía

Los 2 responsables de la comisión que trabajó en el caso confían en el valor de las pruebas que reunieron a lo largo de seis meses.

Por redacción
| 16 de octubre de 2018
La casa de Chiotti hijo, uno de los 30 domicilios allanados.

Desde febrero, el subcomisario Cergio Agüero y el inspector Federico Vílchez están al frente de las averiguaciones por el cuantioso robo de ganado sufrido desde 2010 y hasta 2017 por el abogado Julio César Vergés en su campo “La Rinconada”, en Villa General Roca. Por esa causa, bautizada “Operación Hereford”, hoy están procesados y presos el productor agropecuario José Alberto Chiotti y su hijo de igual nombre; el transportista Luis Alfredo Perey-ra; y tres empleados rurales, Pablo Escudero, Gilberto Miranda y Benito Nicolás Quinteros. En una entrevista con El Diario, Agüero, instructor del sumario, y Vílchez, secretario, aseguraron que a Vergés le sustrajeron al menos 800 vacunos y revelaron, además, detalles del abigeato por el que Chiotti padre estuvo preso años atrás.

 

 —La defensa asegura que no hay pruebas del delito que les imputan.
—C.A.: La investigación nos llevó a los Chiotti. He escuchado a la defensa decir que la causa está armada. Es válido que la defensa se centre en los errores que podamos haber cometido. Somos humanos. Pero todo está en el expediente, ahí todo está fundado.
—F.V.: Empezamos investigando una denuncia, la de Vergés. Iniciamos las averiguaciones tomando declaraciones, para ver si era verosímil. Establecimos que el hecho existió. Hasta los mismos empleados de Vergés reconocen que se perdieron animales en el campo. En alguna oportunidad fueron 70; en otra, 80; hasta de a cien animales han desaparecido. Y luego nos abrimos de lo particular a lo general. El hecho denunciado comenzó en 2010, y nosotros llegamos casi ocho años después. Entonces es complejo investigar cuando no tenés prueba científica, no tenés testigos presenciales, cuando la gente de campo se cierra y no quiere decir nada. Es complicado así establecer la autoría. Y lo que pensamos con Cergio era que teníamos que apelar a la tecnología y a herramientas nuevas, como las intervenciones telefónicas.

 

 —Los abogados dicen que de la escuchas no surge la intervención de los detenidos en esos delitos. Dicen que hay indicios, pero no pruebas directas.
—C.A.: Hablamos de una investigación que no ha culminado. Pero, a nuestro entender, ha quedado probado el abigeato. Encontramos un animal, que fue reconocido por los dueños. Y eso me lleva a confirmar todos los indicios hallados previamente, surgidos de las declaraciones, de las escuchas telefónicas. Después será materia de la defensa ver cómo apareció ese animal de Vergés en el campo de Chiotti.

—F.V.: El Código Penal es bien claro: dice que el que se apodera ilegítimamente de una o más cabezas de ganado, tendrá tantos años de prisión. La conducta delictiva ya está tipificada si encontramos una, cien o mil vacas.
—Vergés estimó en su denuncia que le habían sustraído al menos medio millar de vacunos. Con el avance de los allanamientos ¿este número puede ratificarse?

 

—F.V.: Calculamos que le robaron alrededor de 800 animales, tranquilamente, sin contar 250 cabras que le llevaron en una ocasión, de una sola vez. Un empleado idóneo, que conoce el campo como la palma de su mano, no puede desconocer la falta de esa cantidad de cabras, o de cien terneros.
—C.A.: Hay que tener en cuenta que le sustrajeron vacas con un estado de preñez avanzado. Hacemos también esa sumatoria.

 

—¿Cómo eran las maniobras que ejecutaban los sospechosos? ¿Eran siempre iguales?
—F.A.: En abril, cuando hicimos la inspección ocular en el campo “La Rinconada” de Vergés, establecimos que había un esquinero que justo daba al campo contiguo, “El Paraíso”, de los Chiotti. Era una tranquera de más de seis metros hecha para abrirla a mano y poder cerrarla sin necesidad de usar una herramienta. Es decir, sin problemas pasaba un vehículo o se podía arrear animales a pie o a caballo.

 

—Cuatro de los detenidos fueron procesados por asociación ilícita ¿creen, por ejemplo, que Luis Pereyra, el transportista, se limitaba a cargar y llevar?
—F.V.: Cada persona cumplía un rol. El mismo Código Penal dice que a una persona idónea, que trabaja con hacienda, se le califica el delito. Por declaraciones de él mismo, y de otras personas, como el mismo Chiotti, hace más de treinta años que se dedica a llevar vacunos. No puede desconocer, bajo ningún punto de vista, la reglamentación de Senasa sobre el traslado con guía. Ésta dice la cantidad de animales que lleva, la categoría, la marca, la señal, el dominio del vehículo y el lugar de origen y el de destino.
—C.A.: No puede desconocer, más siendo el dueño del transporte, que va a subir a su propiedad animales que no están en regla. Básicamente sabe que debe tener una guía, que debe cumplir con un impuesto provincial, el Dopro.

 

—Quinteros, que fue empleado de Vergés, primero, y luego de Chiotti ¿tiene antecedentes por abigeato?
—F.V.: Él es de La Rioja. Cuando hicimos la consulta a través de Convenio Policial nos contestaron que no. Pero él declaró que sí, que tuvo una causa. Que había estado empleado en un campo, y que estuvo detenido porque había sustraído uno o dos terneros. 

 

—Las familias de los empleados rurales detenidos dicen que son muy humildes, que, de ser responsables del delito del que los acusan, habrían tenido algún rédito, tendrían otro pasar…
—C.A.: Por un lado, hay que ver la idiosincrasia. Hay una cuestión cultural, quizás en la necesidad, alguno haya obedecido y se haya conformado con lo que le daban, le servía. Para nosotros, la cabeza era una sola. A las decisiones las tomaba uno solo, que tenía la última palabra: Chiotti padre. Y todos cumplían un rol.
—F. V.: Gilberto Miranda tiene su campo, sus animales. Escudero, igual: tiene campos, hacienda, vehículo cero kilómetro. Quinteros no hemos podido establecer. Pereyra tiene flota de camiones. Los Chiotti, ni hablar. Gran parte de las personas que están en la asociación ilícita han acrecentado su patrimonio. Para la jueza (Virginia Palacios), está la semiplena prueba de que son autores del hecho, y el proceso aún no está cerrado.
—C.A.: Si bien nosotros investigamos un delito base, el abigeato, como funcionarios públicos dimos conocimiento de otras maniobras que no tienen que ver con el delito inicial, y no solo en cuanto a las irregularidades en el transporte, por ejemplo.
—F.V.: Por eso la jueza ordenó hacer una copia del expediente y remitirla a la Justicia Federal, para que investiguen la posible evasión de impuestos. Durante nuestra investigación surgieron indicios de que cometían este tipo de delitos, y gran parte se logró por las escuchas. Después, quizá la Justicia Federal inicie su propia investigación y tendrán que justificar cómo llegaron a tener los 18 campos, la flota de camiones, tal cantidad de cabezas de ganado, de maquinaria agrícola.

 

—¿La mayor cantidad de animales robados son orejanos?
—C.A.: La marca se hace en la época de yerra, cuando el vacuno tiene ya unos seis meses. El Código Rural indica que para que un animal sea reconocido como propiedad de tal persona debe tener marca y señal, o, en su defecto, al menos la marca, para establecer la procedencia, la historia para atrás del animal.
—F.V.: Hemos encontrado muchas irregularidades. Hay muchos animales orejanos, sin marca y sin señal. Chiotti deberá explicar cómo hizo para que esos vacunos aparecieran en su campo, a quién se los compró, de dónde los sacó. Mediante testimonios tenemos establecido, e inclusive surge de las declaraciones de los mismos imputados en el juzgado, que ellos, por ejemplo, no recibían animales a pasto. 

 

—¿Cuántos lugares resta allanar?
—F.V.: El avance de los allanamientos está sujeto a la circunstancia que se da en cada campo. Chiotti padre tenía asentado en Senasa, como stock en la propiedad de La Petra, 970 animales. Y cuando hicimos la inspección hallamos más de tres mil. Tenemos que controlar la totalidad. Actualmente estamos en un campo en Chosmes.
—C. A.: De pronto tenemos un stock declarado para tal campo, y confirmar que hay más animales nos demora. Debemos controlar, debemos saber qué animales están ahí, y si guardan relación con el hecho investigado. Además, tenemos campos de monte, y revisarlos lleva tiempo, ya que cuando llueve, los animales no bajan a tomar agua. 

 

—¿En qué consiste su trabajo en cada campo? 
—F.V.: Contamos con tres veterinarios, que son las personas idóneas para hacer la pericia. Son Sonia Liecegang, José Magallanes y Fabio Cantisani. Establecen raza, peso y edad aproximada, cuál es la marca, la señal y si poseen las caravanas obligatorias, de acuerdo a lo que establece Senasa.
—C.A.: Los veterinarios llenan una ficha técnica, en la que se lo identifica por raza, por edad, por tipo. En base a la observación establecen la marca y la señal. De no tenerla, establece si tiene la caravana identificatoria.
—F.V.: Es un trabajo interdisciplinario, con presencia de testigos. En caso de haber una novedad, ya sea, un animal de Vergés, o un vacuno orejano, o armas, lo registramos con fotos. Hay planimetría. Todo se plasma. La jueza autorizó a dos personas que, en representación de los Chiotti, pueden presenciar los allanamientos, y han ido a observar.

 

—Los ganaderos importantes de la provincia, ¿usan todos estos elementos de identificación, es decir, marca, señal y caravana?
—F.V.: Nos guiamos por lo que indica el Código Rural de la Provincia, en el Senasa. Los animales aquí en San Luis deben tener una caravana de vacunación anual, que es contra la aftosa, la brucelosis, de color amarilla. Deben tenerla por una cuestión de sanidad, porque el vacuno va a parar a una carnicería, y nuestra zona no es libre de aftosa.

—¿Hay más sospechosos? ¿Puede haber otras medidas?
—C.A.: Ahora cumplimentamos los allanamientos, medidas que la jueza dispuso antes de ordenar las detenciones. Pero ahora la instrucción está en manos de la jueza.

 

—¿Qué pueden decir sobre las sospechas de intervención, en algún momento de la concreción del delito, de personal policial o de organismos como Senasa? 
—F.V.: Creo que esta causa va a marcar un precedente en cuanto a los controles. Hay falta de controles. Por ejemplo, hemos establecido que hacían el traslado de varias jaulas de animales con una sola guía. No se puede hacer de ese modo.

 

—¿Hablamos de falta de controles por hacer la actividad de forma improvisada, por negligencia, desconocimiento, o adrede, con una intención?
—F. V.: Puede ser falta de conocimiento o quizá de capacitación en cuanto al abigeato como delito. O tal vez era una maniobra que realizaban así desde hace años, de forma planificada.

—¿Hay más damnificados, además de Vergés?
—C.A.: Hay declaraciones de personas que han sido damnificadas. Pero, al igual que Vergés, no han denunciado de modo puntual a nadie. A partir de la documentación que él aportó interpretamos que había ciertas personas involucradas.  Ese camino de la investigación nos llevó a los resultados que hoy se conocen.

 

—En cuánto a las cantidades de vacunos sustraídos a este otro damnificado ¿son similares a las denunciadas por Vergés?
—F.V.: Dentro del expediente, hay algunos hechos similares. No podemos decir mucho más, porque la causa está en proceso.

 

—¿Guarda similitud con los hechos denunciados por Vergés en cuanto a la maniobra, en que haya una proximidad con campos de Chiotti?
—C.A.: En cuanto a la proximidad a los campos de Chiotti sí, y es algo que nos ha generado sospecha. Para la instrucción, está establecido que los Chiotti son los autores del hecho que denunció Vergés.

 

—Ellos son de Córdoba ¿vinieron ya como hacendados o acá hicieron la diferencia?
–F.V.: Los padres han tenido campos. Incluso la madre tiene un campo en Cuatro Esquinas. Pero el acrecentamiento patrimonial ha sido en los últimos diez, quince años. Porque nos dicen en declaraciones que hemos incorporado en el sumario que él comenzó vendiendo lechones y corderos. Y que andaba en una camioneta cabina simple modelo ’80. Digamos, en los últimos años pasó a vivir en un country, a tener vehículos…, campos por todos lados.

 

—¿Cuál ha sido el trato de él hacia ustedes?
—C.A.: Correcto por parte de padre e hijo. Incluso, con la anuencia de su señoría (la jueza) él fue a uno de los allanamientos, en el campo de La Petra, no hubo ningún problema. Fue para saber cómo nos estábamos manejando respecto a la salubridad de los animales. Le expliqué que iba a seguir la actividad normal, que solamente íbamos a cumplir las medidas ordenadas y nada más.
—F.V.: Lo que sí, durante los tres primeros días de allanamientos él estaba escondido. Establecemos a través de las escuchas directas que él se escondía. Iba a la casa de un amigo, iba a otro lado, hablaba por teléfono con la mujer y le decía "no digas nada de dónde estoy".
—C.A.: En las escuchas hay elementos de que quisieron alterar ciertas cosas, lo que llevó a la doctora a ordenar las detenciones.
–F.V.: ¿Por qué alterar, si yo tengo todo legal en mi campo, no tengo nada que ocultar, por qué mando a poner caravana a animales orejanos? Porque de esos orejanos no podemos establecer la procedencia. Y él como dueño no le puede decir a la Policía ‘sí, estos animales son míos’, entonces ¿qué hace? Llama a un empleado y le dice, andá, poneles caravana urgente a esos animales’ para decir ‘sí, esos animales son míos porque tienen la caravana’.
—C.A.: Ésas son las situaciones que han llevado a la situación en la que ellos están (en referencia a la prisión preventiva). Quizá, si no hubiera habido nada de eso, hubiéramos estado esperando el resultado de los allanamientos, a ver qué determinaba la jueza.

 

—¿Qué actitud tuvo el hijo?
—C.A.: El hijo prácticamente desapareció en cuanto a la utilización de los teléfonos. No sé si por advertencia, porque de las escuchas directas surge que estaban advertidos. Pero Chiotti padre siguió como que él era el que coordinaba.
—F.V.: Hay personas ajenas a la causa que, hablando mal y pronto, quieren embarrar el terreno nuestro, quizá subestimando el trabajo investigativo de ocho meses, de una comisión en la que el que menos antigüedad tiene lleva doce años en la Policía.

 

—¿Cuántos efectivos forman la comisión?
—F.V.: Somos alrededor de 35 efectivos, aparte de los que están haciendo consigna en los campos.

 

—¿La jueza les ha encomendado investigar, es parte de la investigación determinar cuál ha sido el destino final de parte de la hacienda?
—F.V.: Establecemos en la investigación que el único matadero habilitado en la zona de la provincia es el de Cardinali, que está en San Jerónimo. De Cardinali sale la carne a diferentes frigoríficos.

 

—También hay normativa para recibir y faenar esos animales.
—F.V.: Todo con guía. Si al frigorífico entra una jaula con cien animales, te debe decir que entran cien animales de tal categoría, por ejemplo, vaquillonas.

 

—¿Y pueden haber entrado al frigorífico animales que estuvieran irregulares?
—F.V.: Puede que sí, puede que no.
—C.A.: Allanamos el frigorífico y la casa de Cardinali y secuestramos documentación, guías, todo eso que tiene que ver con Chiotti, la relación de Chiotti y Cardinali. Porque debíamos establecer la relación.
—F.V.: Toda la documentación secuestrada en los allanamientos es material para analizar. Porque ahí va a surgir que, por ejemplo, de 2015 a 2018, Chiotti le vendió, por decir, 500 animales a Cardinali. Después, con el resultado del allanamiento en el campo vamos a ver si existían o no los 500 animales. O de dónde salieron. Entonces, todo ese material es para cotejar y cruzar datos.
Falta muchísimo. Hoy el expediente tiene, calculo, cerca de veinte cuerpos, estamos hablando de cuatro mil fojas. Y a nivel de documentación secuestrada tenemos una habitación como ésta (señala una oficina de tres metros por cuatro metros).
—C.A.: Es material que sostiene nuestra investigación.

 

 —¿Cuál ha sido el destino de los animales sujetos a la investigación?
—F.V.: El animal reconocido por el damnificado está en calidad de secuestro y lo tenemos nosotros bajo custodia, en otro lado. Lo hemos trasladado.
—C.A.: Los demás animales contabilizados, fichados, entre esos los orejanos, fueron puestos a cargo de los encargados de los campos, como depositarios judiciales. Los animales que se sospecha pueden ser de Vergés están inmovilizados, no los pueden vender ni trasladar.

 

—El abogado Jorge Sosa, uno de los defensores de los Chiotti, dijo que estaban dispuestos a poner plata para hacer pericias genéticas.
—F.V.: Se pueden hacer, es un ADN. En La Pampa y en Buenos Aires se usa mucho, se han esclarecido algunos casos.
—C.A.: La defensa está en su derecho. Lo que podemos llegar a ver mal es justificar o querer justificar con que todo fue armado.

 

—¿Además de las personas ya detenidas, falta alguna otra persona que haya tenido un rol importante y sobre la que ustedes estén esperando alguna medida?
—F.V.: Nosotros no podemos pedir detenciones porque ya no tenemos el sumario. Las que pedimos en su momento fueron las que ordenó la jueza. Como instructores, las pedimos porque consideramos que esas personas eran partícipes del hecho. Si después hay otra decisión de la doctora, escapa a nosotros.
En la actualidad, solamente estamos haciendo allanamientos. 

 

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