"El oficial gordillo" en San Luis

Con chistes simples y recuerdos de su infancia, Miguel Antonio Martín, más conocido como "El oficial Gordillo", hizo tres funciones en la provincia -dos en el Mauricio López y una tercera, este sábado, en el Molino Fénix- de "Choriando a lo grande", el espectáculo que recibió la ovación, las carcajadas y los aplausos de un público que no paró de reír.

Con pocos recursos sobre el escenario, el humorista tucumano buscó la simpleza en algunos objetos armados en cartón que lo acompañaron en las funciones como el famoso "Topo Gigio", o "Dante", el perro de la película "Coco", más una guitarra roja que en un momento determinado tomaría un protagonismo especial.

Gordillo entró a la sala a las 21:30 para la primera función, acompañado por las imágenes e un cortometraje que se proyectó en la pantalla gigante.

El público, variado y familiar, no paró de reír con cada chiste o latiguillo que el humorista expuso en cada sketch. Además, su tonada fue clave para agregarle la cuota de gracia necesaria.

Gordillo se inspiró en su vida para armar la obra. Fue así que representó diferentes momentos de su infancia, su adolescencia, su repentino salto a la fama y el broche de oro: su actualidad tan exitosa.

Entre pausa y pausa, el cortometraje aparecía en la pantalla. Como hilo conductor, Gordillo debía resolver la muerte de Pablo Rago y los sospechosos eran sus compañeros de elenco de "Mahatma", el espectáculo musical dirigido por Flavio Mendoza que lo tiene como humorista estrella.

Los insultos y las malas palabras no faltaron en la noche, pese a que entre el público había menores de diez años. Tampoco la comida. Antes de entrar, una gran cantidad de asistentes corrieron al quiosco del lugar para comprar papas fritas, alfajores o algún snack con el que matizaron el espectáculo. El ruido de paquetes que se abrían se mezcló con las palmas y las carcajadas.

Los chistes se relacionaron con diferentes temas. El casamiento, por ejemplo, fue recurrente en la primera parte cuando Gordillo estaba vestido de oficial, con anteojos negros y la típica gorra. Las amistades que se borran cuando un hombre decide concretar sus relaciones sentimentales o las desdichas de aquellos desafortunados que tienen un matrimonio tóxico se llevaron las mejores risas de la noche.

En el segundo sketch, Martín dejó de lado el oficio de policía y se presentó con un guardapolvo blanco y una gorra de visera ancha. "Cuando sea grande quiero ser como mi papá" se llamó el cuadro que representó el humorista y recordó los momentos más graciosos de su niñez.

La historia con su madre fue clave para comenzar a despedir el espectáculo. El tercer cuadro de humor llegó a mitad del show cuando el comediante se presentó vestido de mujer, excedida de peso, con delantal de cocina y pantuflas de unicornio.

La representación de su mamá fue chistosa gracias al mal carácter del personaje que interactuó con el público. Uno de los espectadores subió al escenario y se puso en el rol de Gordillo cuando era un adolescente rebelde y borracho.

Antes de la despedida, el cortometraje que acompañó durante toda la velada llegó a su fin con el caso resuelto, pero poco entendible. La presencia de Gordillo, de regreso con su traje de oficial, volvió a escena a los pocos minutos.

Sin despedidas, pero sí con muchos agradecimientos, el cómico le pidió a su público que levantara las manos para sacar la famosa "selfie", costumbre de los "Youtubers" o "Standaperos" que concluyen sus espectáculos de repente y en el mejor momento de la noche. Algo de eso hay en la propuesta de Martín.