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El decidor de las cosas nuestras: Héctor Montenegro

Fue preceptor en la Normal Mixta y bibliotecario de la UNC. Comenzó a recitar en las escuelas. Sus giras por el interior. Las actuaciones en radios El Mundo y Aconcagua. Fue maestro de varios recitadores de San Luis, entre ellos José Dimas Leiva.

Por redacción
| 10 de diciembre de 2018
En el recuerdo. "Pelusa" Grillo y Marcos Augusto Grillo, hijo y nieto del recitador sanluiseño, contando la historia de un maestro de la poesía criolla argentina. Foto: Nicolás Varvara y gentileza.

Héctor Montenegro fue la voz de los recitados criollos que se irradiaban por Radio Granaderos Puntanos. Fue quien representó a la provincia en Radio El Mundo de Buenos Aires. Fue quien con voz grave hacía que todos los domingos, fijaran el dial en la tradicional radio puntana, hoy Radio Nacional.

Él era Héctor Oscar Grillo, el decidor de las cosas nuestras el jefe de preceptores de la Escuela Normal "Juan Pascual Pringles", que volcado a la poesía gauchesca, traspasó los límites de la provincia para llevar su voz, su presencia, su estirpe y su decir en los escenarios del país.

Héctor hizo correr la pasión que le corría por sus venas: el recitado criollo, trabajaba de preceptor en la Escuela Normal "Mixta Juan Pascual Pringles" en horario matutino y por la tarde se desempeñaba como bibliotecario de la Universidad Nacional de Cuyo,  era un animador permanente de peñas y obras teatrales. Aspiraba a una sola cosa: que hubiera silencio cuando hacía su trabajo.

Héctor, que nació de María y José en la lejana Nueva Galia, tenía diez hermanos: Toto, Alberto,  Antonio, Orlando, Kiko,  Corina, Gina, Pirucha, Blanca y Martín (poeta y ex intendente de la ciudad de San Luis y de El Trapiche), y vivían en calle Rivadavia entre 25 de Mayo y Balcarce.

El recitador había nacido el 1º de diciembre de 1924, y su hijo Héctor Rubén lo recuerda como un hombre lleno de virtudes que había abrazado la profesión de recitador criollo por propia voluntad y pasión, nutriéndose de los consejos y las enseñanzas de su hermano Martín, poeta sanluiseño autor de más de 8 libros. 

"Mi padre recitaba en escuelas o en fiestas familiares, debutó en 1947 y su repertorio estaba compuesto por temas de los hermanos Víctor y Arsenio Cavilla Sinclair, Luis Scaglia, José Trelles, Arturo Capdevilla Manuel Sleinger, Polo Godoy Rojo, Boris Elkin y de varios autores anónimos. Alcanzó el reconocimiento total de un programa radial de los domingos conducido por Alba Peña y Aldo Federico, en ese espacio tenía 15 minutos para decir sus cosas, iba de 12:15 a 12:30, hacía una entrada y recitaba dos poesías. Era muy escuchado y tuvo su esplendor radial con el seudónimo de "Héctor Montenegro", un nombre artísticos que lo tomó de un amigo en Buenos Aires", dice su hijo.

"Era un declamador muy querido y reconocido por la sociedad puntana, muy responsable y un obsesionado en su trabajo, de carácter fuerte pero muy buena persona", lo describe. 
 

 

En sus presentaciones fue acompañado de grandes músicos de San Luis como "Tito" Puglisi y Juan Roberto "El Quirquincho" Quiroga y también Omar Moyano. 

 


Grillo hijo, agrega que "nunca faltaron temas como La Guachita, A San Luis, Al Cristo de la Quebrada, Po' el Botija, La Güeya, Cachorro, Guapos, El Agüelo, De carne somos, En las patriadas, Pa' tu gobierno m' hijo, Pa' algo fuiste a la escuela, Por desgracia y tantos otros que hacían que el público escuchara con respeto y silencio teatral". 

Recuerda además que el famoso artista del sur de San Luis, tenía una memoria prodigiosa digna de admiración, siempre estaba preparado para actuar, conocía más de 70 poesías y accedía a pedidos ante el requerimiento del público que lo ovacionaba donde se presentaba.  "Acá en San Luis, era único", aclaró.

"Con el tiempo y reconocimiento radial, vinieron las giras por el interior  provincial, se armó una especie de embajada cultural, la integraban "Los Puntanos" (Los Hermanos Arce), Alfonso y Zabala, mi padre y "Tres Estudiantes para el Folclore", entre ellos Berti y Foncueva que después fueron  guitarristas de Mercedes Sosa. Por esa época también estaban "Los Maruchos" de El Chorrillo integrado por "El Manco" Agundez, Moyano, "Tito" Pugliesi -que también cantaba muy bien- y Los Carrera", enumera.

En su pico de popularidad, Héctor Montenegro estuvo en Cosquín, integraba una delegación cultural y artística sanluiseña, donde "Tina" Chiófalo fue coronada como Paisana Nacional y el recitador ocupó el segundo lugar pese a estar en inferioridad de condiciones por encontrarse engripado. 

Su carrera en Cuyo iba en ascenso, a tal punto que fue invitado a recitar en Radio El Mundo de Buenos Aires, y al poco tiempo lo hizo en Radio Aconcagua de Mendoza, en un programa folclórico que se daba los domingos. 
Mientras que en San Luis, los cines Roma y San Luis, hoy, ambos desaparecidos eran como su propia casa actuando a sala llena. Montenegro era una figura reconocida por el público sanluiseño y en sus actuaciones oficiales recitaba "Homenaje a San Martín", en la plaza Independencia en los aniversarios del Libertador. 

Héctor Rubén menciona que en las temporadas de verano se hacían giras por el interior de la provincia llevando una verdadera embajada cultural. Las actuaciones eran en todo el norte puntano, comenzaban por Saladillo y pasaban por todos los pueblos del Valle del Conlara, llegaban hasta Villa Dolores, en Córdoba, y todos los pueblos de Candelaria a San Luis. También en Mendoza, San Juan y buena parte de Córdoba.

"Mi padre pudo grabar un disco simple cuando estaba en pleno apogeo. Lamentablemente no lo tengo porque lo presté para una publicidad y nunca más lo pude recuperar", lamenta. 

Montenegro seguía vigente pese al paso del tiempo, y contaba con varias actuaciones por semana, era autoconvocante y cuando tenía un tiempo libre, se reunía con amigos para enseñarles el oficio de recitar, entre ellos a D'Amico (peluquero) y D'Agata (carnicero). "Pero sin dudas su mejor alumno fue José Dimas Leiva, otro de los grandes recitadores que tuvo San Luis", sostiene "Pelusa" Grillo.

Cuenta que en una oportunidad, toda la familia Grillo compartió un día de campo en Potrero de los Funes. "En esa fiesta campestre, papá y mi tío Martín, recitaron una poesía dedicada a mi abuela María. Fue tan maravilloso ese momento, tan grande el silencio y el respeto que a todos se nos cayeron las lágrimas. "Fue una de las grandes tardes que compartimos toda la familia y que jamás nos olvidaremos", expresa emocionado. 

"Pelusa" recuerda este hecho como una de las grandes y última anécdotas familiares donde la figura maternal de la abuela María estuvo presente.

Héctor Montenegro, con sentimientos muy marcados hacia el general Juan Domingo Perón, fue el abanderado de los recitadores criollos de San Luis. Su estilo muy particular, su voz y su presencia marcaron una época brillante para el folclore vernáculo de Cuyo. 

La desaparecida revista "Antena" dice sobre el recitador: "Héctor Montenegro, una voz auténtica de nuestra tierra, es otra figura que se destaca en forma brillante en los recitales de nuestro acervo popular".

El ex preceptor y bibliotecario de la Universidad Nacional de Cuyo tenía una grave adicción: el cigarrillo. "Mi padre nunca tomó alcohol, pero llegó a fumar hasta tres paquetes diarios y era un gran tomador de café", admite su hijo. "Eso lo alejó de los escenarios y creo que fue el principal causal de su muerte ocurrido el 19 de mayo de 1996. Tenía 71 años". 

Hace 22 años se fue una figura relevante del folclore. La prosa lírica y gauchesca lloró su muerte.

 

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