Un tratado con Chile enciende la esperanza de la industria local

Los industriales puntanos celebraron el Año Nuevo con buenos deseos, aunque seguramente más de uno, tras el brindis, tuvo ganas de armar una gran hoguera con todos los almanaques del 2018 que encontró a mano. El año pasado fue una auténtica pesadilla para el sector en todo el país, con caídas récord desde la salida de la convertibilidad. Sin embargo, el 2019, si bien no promete un camino de rosas, al menos arribó con una novedad que enciende una luz de esperanza para las fábricas locales. La reciente aprobación de un ambicioso tratado de libre comercio entre Argentina y Chile abre un nuevo horizonte de oportunidades para la provincia, que podría capitalizar aún más su cercanía al mercado trasandino y su posición estratégica dentro del Corredor Bioceánico.

“Sin dudas que la apertura y ampliación de nuevos mercados es algo que ayuda a la industria. Nosotros tenemos la ventaja que estamos cerca de Chile. Tenemos muchos fletes de ida y de vuelta, y  contamos con un corredor logístico bastante eficiente”, aseguró Diego Leal, titular de la Unión Industrial de San Luis, quien señaló incluso que su empresa ya “prendió el radar” ante las posibilidades que ofrece el tratado y proyecta  abrir, en el corto plazo, una línea de comercialización con el mercado trasandino. “Producimos packaging para alimentos y nuestra idea es poder vender al mercado chileno, que es un gran exportador de fruta”, adelantó Leal.

Más allá del salto que pueda experimentar la producción industrial con el acuerdo, el intercambio comercial con Chile no es un camino desconocido para los puntanos. Según las estadísticas de la Dirección Provincial de Estadística y Censos, durante el primer semestre del 2018 la nación  que gobierna Sebastián Piñera fue el destino del 20 por ciento de las exportaciones locales, lo que lo confirmó como su principal mercado internacional, la misma posición que había ocupado en el 2017.

Otro de los puntos que hacen atractivo al nuevo acercamiento  es que Chile puede transformarse en una “llave maestra” para acceder a otros mercados, principalmente los que conforman la llamada “Cuenca del Pacífico”, que nuclea a gigantes económicos como Estados Unidos, China o Japón. El vecino país tiene suscritos más de cien tratados comerciales,  y el acuerdo posibilitará que los productos argentinos emplazados en los puertos trasandinos puedan gozar de una mayor agilidad en los trámites aduaneros. 

Si bien el entendimiento homologado este mes por el Senado chileno le da a los industriales de San Luis una chance concreta de poder dar un salto cualitativo y cuantitativo, hoy, el 80 por ciento de la producción manufacturera local es canalizado al mercado doméstico y, específicamente, en los centros de distribución de Rosario y Buenos Aires. La provincia, por ahora,  no puede modificar esta matriz, y la profundización de la crisis económica se refleja en una disminución abrupta de  la demanda.

“El sector está atravesando una situación complicada. La industria puntana cerró el 2018 en retracción, lo que acompaña la tendencia que se da a nivel nacional. Las proyecciones indican que la caída acumulada para el año pasado será, en promedio, de un 4  por ciento. Las ramas más afectadas son plásticos, textiles y la  metalurgia”, señaló el titular de la Unión Industrial de San Luis, y subrayó que para retomar cualquier sendero de recuperación resulta  “fundamental” que los costos de financiación sean menores y bajen las tasas de interés.

A pesar de que el “temporal” económico es muy fuerte,  con su correlato de cierres de empresas y despidos, Leal subrayó que  la industria local ha exhibido un alto grado de resiliencia y logró evitar un escenario con quebrantos masivos de sus compañías. El empresario, además, recordó que  las fábricas actualmente  generan 17.500 puestos de trabajo directos en San Luis, y que es el empleador que paga los salarios privados más elevados. 

Leal estimó que la economía podría iniciar su recuperación en el segundo trimestre del 2019 y dijo que la fuerte devaluación experimentada por el peso logró que algunas industrias tengan una mayor competitividad para colocar sus productos en el exterior. Sin embargo, aclaró que esta coyuntura no resuelve los problemas  estructurales.

"Necesitamos una verdadera competitividad a nivel logístico, impositivo, de acceso al crédito y también de productividad dentro de las empresas. Acá no hay milagros. Es un trabajo largo", afirmó.