Paso del Rey: crece la fe en la imagen de la Virgen María

En el cielo gris claro los truenos juegan a ver quién suena más fuerte. Y la lluvia, con gotas gruesas, arremete sin vergüenza sobre el olvidado camino compuesto de tierra y piedras, casi una huella. A los pocos metros de entrar al humilde paraje, con timidez, asoman a la izquierda cuatro viejos muros, no tienen techo. Se cayó hace décadas, pero un alero sigue firme como las prolijas pircas que marcan los límites del terreno. Todo es verde y natural. De pronto, en medio del silencio, roto solo por el retumbar de las nubes surge una imagen que atrae, asombra y se asemeja a la figura de la Virgen María. El bellísimo paisaje, la capilla que se niega a morir y la atrayente figura están en Paso del Rey, a 70 kilómetros de la capital sanluiseña.

Hasta allí llegan cada vez más feligreses católicos para rezarle a la efigie que inspira calma a través de sus trazos, en el muro principal de lo que fuera la capilla que curas jesuitas construyeron en 1760. En esa misma pared, aquellos sacerdotes entronaron una Virgen del Rosario. Es el lugar exacto donde, luego de décadas, surgió esta estampa maternal que asemeja la imagen de una mujer con un largo manto. Muy similar a las diversas formas de la Virgen María.

La creciente fe cristiana de puntanos y turistas generó que las visitas a Paso del Rey se incrementaran en el último tiempo. Sobre todo durante los fines de semana. Así lo revelaron los pocos vecinos que viven en el paraje.

En medio de las añejas paredes, un solitario y rústico banco de parroquia espera por los fieles. Todavía alcanza para ofrecerles descanso e invitarlos a orar, pedir o agradecer favores. Algo así debió ocurrir con alguien que, a los pies de la imagen, dejó un ramo de flores blancas y rosas. También, como testigos, hay una pequeña Virgen de Luján y de otro santo católico.

Las ruinas de la capilla jesuita están dentro de una propiedad privada que, según los vecinos, pertenece a una familia riocuartense de apellido Andreani. El terreno está cerrado por una tensa alambrada, difícil de cruzar para gente mayor o con algún problema físico. Y, a la pequeña tranquera, la clausuró un candado. Con el resurgir de la devoción en la imagen de la Virgen María sería ideal que la Municipalidad de El Trapiche (Paso del Rey pertenece a ese ejido comunal) o el Obispado de San Luis gestionen un acceso más sencillo hasta el que fuera un espacio de oración. Son apenas 100 metros desde el camino hasta los muros existentes. Si bien es una propiedad privada, la consulta con sus dueños es necesaria.

La vieja capilla, según cuentan los vecinos, tuvo a la Virgen del Rosario como su patrona en aquellos tiempos jesuitas. Pero, con el paso del tiempo, esa figura también se deterioró y, tras su arreglo, fue trasladada a la escuela del pueblo.

El repiquetear de la lluvia y los truenos seguían como sonido del verde que rodea a las históricas paredes. El aire purísimo de Paso del Rey eran bálsamo y paz, lo mismo que inspira esa Virgen María de trazos marrones que parece esperar a los cristianos de almas cansadas pero fe impoluta.