Nadie resiste un archivo, y menos al ritmo de la samba

Nadie resiste un archivo, aunque al intendente Enrique Ponce esto no parece importarle mucho. Su trayectoria política demuestra que no ha tenido el menor inconveniente de cambiar de “camiseta” política y ensayar constantes virajes ideológicos, algunos extremos, como el de pasar de ser un kirchnerista acérrimo a un macrista disciplinado. Pero la  veleidad y el oportunismo del jefe comunal también se trasladan a sus opiniones y a la ejecución de sus políticas.

Ponce fue un crítico permanente del Carnaval que realizó el gobierno puntano hasta el 2015 y que fue suspendido por el mal estado de las finanzas provinciales que encontró Alberto Rodríguez Saá al asumir su tercer mandato como gobernador. Ese mismo año el intendente atacó a la Provincia por el costo del espectáculo e incluso se jactó de que por la mitad de lo que valía una carroza la Comuna había logrado edificar un refugio para personas víctimas de violencia de género. 

Pero el encanto de las comparsas y las batucadas doblegaron este pensamiento serio y juicioso del jefe comunal. El fin de semana pasado, la Municipalidad tiró la casa por la ventana y organizó un Carnaval masivo y colorido en avenida Lafinur, que contó con toda la parafernalia que demanda una celebración de este tipo, algo que inexorablemente supone una erogación de dinero significativa.

El ritmo de la samba es contagioso y otro que tiene problemas para armonizar sus dichos con sus hechos es Alejandro Cacace. El diputado provincial por Cambiemos fustigó sistemáticamente al Estado puntano por los costos que insumía el Carnaval en Potrero de los Funes. Sin embargo,  no dudó un segundo en presenciar el espectáculo en el palco de autoridades y bañarse en espuma durante el festejo municipal.