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“En el interior del país hay mucho talento”

En la semana en la que la tercera temporada de “El marginal” se despide de la televisión pública, la actriz sanjuanina recuerda el personaje con el que calentó la temporada anterior de la serie carcelaria.

Por Miguel Garro
| 26 de agosto de 2019
Antonella filmó el mes pasado en Villa Mercedes. Fotos: Héctor Portela

En la televisión, los papeles fuertes parecen perseguir favorablemente a Antonella Ferrari. Eso tiene un trasfondo significativo e irremediable: los productores confían papeles de ese tenor solo a los buenos actores. Y si los productores que eligieron a la joven sanjuanina son los de “Underground”, la compañía que revolucionó la manera de hacer ficción en la tele, los méritos parecen aún más concretos.

 

La actriz sumó a su incipiente trayectoria una participación en “Cien días para enamorarse”, donde tuvo una escena en la que se practicó un aborto clandestino; y una recordada actuación en “El marginal”, la serie cuya tercera temporada –en la que Antonella no participa- termina esta semana en la Televisión Pública y prepara su desembarco en Netflix. En la segunda entrega de la historia carcelaria, Ferrari hizo de una joven obligada a prostituirse por su abuela, quien no diferenciaba entre la clientela a presos de guardiacárceles.

 

“Fue un papel muy fuerte que me permitió hacerme un lugar en el medio. Llegué luego de hacer dos castings y de tener una charla con el director Adrián Caetano y con Martina Gusmán, con quien compartí muchas escenas”, sostuvo la joven. Efectivamente, en la segunda temporada, sus escenas con Gusmán, quien interpreta a una trabajadora social de la penitenciaría, fueron -excluidas la de los motines- las que le dieron tensión dramática a la serie.

 

 

 

Este año fue el cine el que llamó a Antonella, quien filmó el mes pasado en Villa Mercedes “Todos tenemos un muerto en el placard y un hijo en el clóset”, la próxima película de Nicolás Teté. “Estuve casi diez días allá y la pasé muy bien. Grabar en el interior tiene otro peso, incluso para la historia, y sirve para que en Buenos Aires se sepa que talentos hay en todo el país”, dijo la joven en una charla con “Cooltura”.

 

Ferarri reconoció que estar en Villa Mercedes fue como volver a San Juan. “El clima es muy parecido, sin el Zonda, claro; con la gente muy cálida y las calles casi idénticas”, señaló la actriz, quien dijo que el rodaje provincial le dejó varias enseñanzas, como lo imprescindible que es trabajar en armonía. “Por suerte, en todos los trabajos que hice, mis compañeros se portaron muy bien conmigo. Eso es fundamental para concentrarse solo en la actuación”.

 

Aunque Antonella nació en San Juan, se puede considerar más porteña que cuyana, aunque ella prefiere siempre proclamarse orgullosamente del interior. “Mis padres se radicaron en Buenos Aires cuando yo tenía un año porque mi papá trabajaba en una multinacional”, recordó la joven, quien se apuró a decir que pasó todos los veranos, inviernos, Pascuas, Fiestas de Fin de Año y alguna primavera en San Juan.

 

Cuando tenía ocho años empezó a estudiar teatro y las audiciones fueron una constante en su vida. De allí pasó a los comerciales, pero antes de empezar a cursar los dos últimos años de la secundaria regresó a su provincia, lo que le cortó la posibilidad de continuar con las pruebas. De todos modos aprovechó ese tiempo para mirar teatro en San Juan.

 

Su sorpresa fue mayor porque -al formarse en Buenos Aires creyó que solo en la capital se hacían buenos productos teatrales. “Fue todo un revuelo para mí mudarme nuevamente, pero me tranquilicé mirando teatro. Todo lo que se hacía en San Juan me parecía impecable”.

 

A los 21 años, Antonella está decidida a continuar con los personajes que tengan historias fuertes que contar y sabe “que el contexto en el que se mueve cada uno tiene mucho que ver con la carga que le ponga a la interpretación”. Se refiere a que no es lo mismo para ella hacer de una chica obligada a ser prostituta en una cárcel o de una adolescente que decide abortar o de una hija de familia acomodada que se ve sorprendida por la llegada de su hermano, como hace en “Todos tenemos…”.

 

“Creo que el punto de contacto entre las tres es la edad y que todas tienen su carácter y su opinión. En eso, encuentro un parecido a como era yo de adolescente”.

 

 

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